El portal del diario The Nevada Independent publicó el pasado 14 de abril un excelente artículo de Daniel Rothberg en el que se analizan las circunstancias que están llevando a la agencia federal Bureau of Reclamation a considerar la necesidad de implantar medidas de emergencia en las captaciones de agua del río Colorado, debido a que las demandas de agua están superando las disponibilidades de agua.
A continuación se presenta la traducción al español del citado artículo.
El río Colorado ha entrado en crisis. Su cuenca hidrográfica está aportando menos agua a un cauce del que se abastecen 40 millones de personas en el suroeste de los EEUU y del que se extrae agua para usos agrícolas, ganaderos, urbanos y empresariales, desde Colorado hasta Nevada y California. Los embalses Lake Mead y Lake Powel, dos de sus principales reservas de agua han alcanzado unos niveles históricos mínimos y se acercan a una situación como nunca habían registrado en el pasado.
Las previsiones indican que los embalses, que se nutren del agua procedente de la fusión de la nieve acumulada en las montañas, no se llenarán en fechas próximas. Las previsiones más recientes indican un escaso nivel de escorrentía, procedente de la fusión de la nieve existente, que tras ser recogida por el cauce del río termina acumulándose en los embalses. El clima cálido y seco que se viene registrando ha contribuido a que el río tenga un caudal cada vez menor, con la consiguiente reducción de sus aportaciones a los embalses. Los gestores hídricos se están esforzando por anticipar la forma de seguir adelante, a la vista de que las restricciones y las reducciones que se han implantado hasta el momento están siendo insuficientes para equilibrar las captaciones con los recursos disponibles.
Al mismo tiempo, unas condiciones áridas continuadas están contribuyendo a que aumenten las presiones en las demandas de agua. Los Estados de la Cuenca Inferior del río Colorado (Arizona, California y Nevada) dependen de los suministros de Lake Mead, creado por la presa Hoover Dam. En Arizona y California, los distritos agrícolas están alcanzando o superando los consumos de agua asignados, debido en parte a las condiciones muy secas y cálidas con las que se inició el año. Los usuarios de agua, incluyendo los grandes proveedores en alta del Sur de California, se verán obligados a utilizar sus concesiones de reserva del Lake Mead, haciendo que los niveles de agua del embalse desciendan todavía más.
En palabras de un representante técnico del Bureau of Reclamation, la agencia federal encargada de gestionar las concesiones de agua del río Colorado, “si el actual año hidrológico es seco y cálido, la demanda de agua de los cultivos será superior a la que se registra cuando tenemos tormentas y aguaceros durante ese mismo período”.
En una reciente carta anunciada como primicia informativa por Tony Davis en el diario Arizona Daily Star los gestores hídricos federales advirtieron a los Estados de que se están considerando actuaciones de emergencia que podrían acelerar el descenso de los niveles del agua en Lake Mead. La propuesta consiste en retener más agua en Lake Powell, el embalse creado aguas arriba de la presa Glen Canyon. Los embalses Lake Powell y Lake Mead funcionan conjuntamente en tándem.
Para retener más agua en Lake Powell, los funcionarios federales están considerando reducir los caudales normalmente aliviados hacia aguas abajo y que alimentan Lake Mead. De esta manera, los niveles de agua en Lake Powell se mantendrían estables, ofreciendo así una pequeña mejora de la disponibilidad de agua en el sistema. Pero esa opción tendría una consecuencia indeseada: los niveles del agua en Lake Mead descenderían todavía más, generando el mayor riesgo potencial de unas restricciones de agua más intensas y más prematuras entre sus concesionarios de agua.
Además de que esa actuación resultaría en un descenso de los niveles del agua de unos 2 m en Lake Mead, podría también causar un impacto notable en la producción de energía hidroeléctrica de la presa Hoover Dam. En palabras del gestor de recursos hídricos del río Colorado del Metropolitan Water District, la agencia encargada de abastecer a la mayor parte del sur de California, “solo en California, el coste de sustitución de esa reducción de potencia eléctrica rondaría los 5 millones de dólares”. No obstante, éste mismo funcionario indicó que valdría la pena incurrir en ese sacrificio, a cambio de estabilizar el nivel del agua en Lake Powell, debido a que “la propuesta, basada en las simulaciones elaboradas, reducirían significativamente el riesgo de restricciones de agua durante los próximos 18 meses”.
El Bureau of Reclamation ha previsto la liberación de 9.200 hm3 desde Lake Powell hacia Lake Mead. De acuerdo con esta propuesta, los gestores hídricos federales estiman mantener unos 590 hm3 en Lake Powell.
Estas manipulaciones de emergencia de los volúmenes de agua retenida en los embalses tienen como objetivo resolver una problemática urgente dentro de una crisis hídrica mucho más amplia. Ante los años continuados de menores aportaciones pluviométricas, el nivel del agua en Lake Powell ha disminuido tanto que se está acercando a una cota no contemplada en su explotación.
En palabras del gerente adjunto de la Southern Nevada Water Authority, “habremos de adoptar esas medidas de forma cautelosa, una tras otra. En algunos casos, habremos de reaccionar muy rápidamente ante la aparición de nuevas informaciones, tales como las previsiones de escorrentía”.
A medida que Lake Powell se aproxima a su umbral crítico, o desciende de ese umbral, los riesgos pasarán a ser críticos. Podrían amenazar la producción hidroeléctrica que se envía hacia el oeste y al abastecimiento de agua de poblaciones próximas, entre ellas la ciudad de Page, en Arizona, y la ciudad de LeChee Chapter de la Nación Navaja. La ciudad de Page depende de las compuertas de Glen Canyon Dam para el abastecimiento de agua a una población de 7.500 habitantes.
En la carta de la agencia federal, Tanya Trujillo, una alta funcionaria del Ministerio del Interior de los EEUU encargada de supervisar el Bureau of Reclamation, pide a los siete Estados incluidos en la cuenca hidrográfica del río Colorado que le envíen sus opiniones sobre las medidas de emergencia propuestas para aumentar el volumen de agua retenido en Lake Powell.
En palabras de la Tanya Trujillo, el Bureau of Reclamation no ha tenido que explotar esos dos embalses con unos niveles del agua tan bajos, desde que fueron llenados de agua una vez construidos. Según Tanya Trujillo, los problemas creados por la explotación de Lake Powell por debajo de esos umbrales críticos generan “unas enormes preocupaciones en relación con la explotación prudente de una presa, la fiabilidad de la instalación, la salud pública y la seguridad, y la capacidad de realizar operaciones de emergencia”.
Los funcionarios estatales tienen previsto presentar sus observaciones sobre el plan de emergencia federal antes del 22 de abril. Los comentarios estarán posiblemente dirigidos, al menos en parte, a las formas en que esas medidas afectarán a Lake Mead. Diversos funcionarios del sector hídrico de la cuenca hidrográfica han indicado que cualquiera que sea la actuación del gobierno federal, ésta no debería desencadenar una nueva serie de restricciones. Las restricciones de agua en Arizona, California y Nevada dependen del nivel del agua en Lake Mead, de acuerdo con el Plan de contingencia de la cuenca ante la sequía. En palabras del director del Departamento de Recursos Hídricos de Arizona, “deseamos que el almacenamiento de agua evite la implantación de reducciones adicionales del suministro de agua”.
Todo indica que existe un cierto consenso sobre este punto entre los residentes en la cuenca, incluida la Cuenca Superior del río Colorado, de la que forman parte Colorado, New Mexico, Utah y Wyoming.
En palabras del director ejecutivo de la Comisión de la Cuenca Superior del río Colorado, “la discusión entre los Estados de la cuenca en estos momentos, mientras preparamos la respuesta al Ministro del Interior, es de que se explote y se tenga en cuenta la retención de agua en los embalses, de tal modo que se evite penalizar tanto a la Cuenca Superior como a la Cuenca Inferior. Dejaremos que sea el Ministro del Interior quien establezca la mejor forma posible de asegurar ese objetivo”.
Mientras se elaboran esos mecanismos, las negociaciones siguen su curso para alcanzar una decisión consensuada. Aunque la actuación del Bureau of Reclamation podría temporalmente detener el vaciado de Lake Powell durante los próximos 18 meses, no incluye la consideración de los problemas sistémicos causantes de la crisis que se está registrando en estos momentos.
En palabras del Ministro del Interior, “la amenaza a la que nos enfrentamos en esta cuenca es el declive del suministro de agua, junto con el desequilibrio existente entre las extracciones de agua y los recursos disponibles. Esa es la razón de que el agua almacenada haya ido disminuyendo. La expectativa es que habremos de suprimir ese desequilibrio en el curso de los próximos años”.
Esa es la razón por la que Tanya Trujillo, como portavoz del mensaje del Ministerio del Interior, haya urgido a los Estados a que “prioricen las tareas necesarias para aumentar el ahorro de agua y reducir el uso de agua del río Colorado, a fin de estabilizar los embalses del sistema”.
Conseguir ese objetivo representa un verdadero reto, costoso y doloroso, especialmente considerando que los efectos que un clima con tendencia a la aridez tiene en otras actividades. El Bureau of Reclamation está colaborando con otras entidades de dos Estados de la Cuenca Inferior del río, Arizona y California, que están actualmente en vías de consumir o extraer más aguas de la que estaba previsto inicialmente. La mayoría de esos usuarios de agua son distritos agrícolas.
Según el gestor de concesiones e inspección del Bureau of Reclamation para la Cuenca Inferior del río, las previsiones de consumos excesivos, durante el principio de la estación, no es inusual, pero puede ser ligeramente más elevada debido al tiempo anormalmente seco que se ha registrado en los territorios del sudoeste durante los primeros meses de 2022 y los cambios en los precios de los productos de consumo que influyen sobre la producción agrícola.
El Bureau of Reclamation está vigilando atentamente la situación con objeto de evitar el uso excesivo de agua, o lo que los gestores hídricos denominan “desbordamientos”. Considerando que Lake Mead está registrando su primer déficit histórico oficial, las normas operativas aplicables al río Colorado obligan a los funcionarios hídricos a asegurar que no se producen desbordamientos.
En palabras de este funcionario, “Éste es el primer año en que estamos operando en estas condiciones, y la hipótesis es que no puede haber ningún desbordamiento. Ésta es la razón por la que estamos colaborando estrechamente con nuestros usuarios de agua”.
Uno de esos usuarios de agua es el Imperial Irrigation District, que goza de la mayor concesión de agua del río Colorado, unos 3.800 hm3/año. El consumo de agua para usos agrícolas en el Distrito ha llegado a alcanzar hasta 100 hm3/año por encima de lo que fue estimado para esta época del año. Un portavoz del Distrito, conocido como IID, indicó en un mensaje de correo electrónico que todavía es pronto dentro del año hidrológico e indicó que la demanda de agua para uso agrícola fluctúa de un año para otro, como resultado directo de los mercados de productos de consumo y de suministro de alimentos.
En palabras de un portavoz del IDD, “Durante este año, IID ha utilizado menos del 25 % de su concesión para el primer trimestre. Considerando la variación de las demandas de agua agrícolas y las iniciativas de gestión hídrica del IID, el distrito no tiene previsto terminar el año en condiciones de “desbordamiento” y está cooperando de forma agresiva con los cultivadores del Imperial Valley para conseguir ese objetivo”.
A pesar del reciente aumento de la demanda durante los pasados años, California ha utilizado menos agua de la que tiene asignada, contribuyendo con un ahorro neto de 1.200 hm3 de agua que ha quedado acumulada en Lake Mead. Ese volumen de agua ha sido asignado a una “cuenta de reserva”, de acuerdo con las previsiones del programa conocido como Excedentes Creados Intencionalmente. El programa asigna a los usuarios de agua el derecho sobre el volumen concesional que permanece retenido en Lake Mead. A cambio de ello, los usuarios de agua de California podrán captar esa reserva de recursos en fechas futuras.
La circunstancia de que otras fuentes de agua de California estén experimentando una intensa escasez debida a las sequías, Metropolitan Water District tendrá muy posiblemente que recurrir a su cuenta de reserva en Lake Mead.
El gerente de recursos del río Colorado en el Metropolitan Water District indicó que el Estado ahorró ese volumen de agua para contribuir al buen estado del Lake Mead: si no hubiera sido por esta decisión de California de almacenar tanta agua en Lake Mead, se habría producido una declaración oficial de emergencia hace ya muchos años. Pero era conocido, cuando se firmaron los acuerdos multiestatales, que podría llegar un día en que esas reservas habrían de ser recuperadas ante la necesidad de agua. A pesar de ello, “las condiciones actuales no son las más favorables. Ojalá no tuviéramos que hacerlo, pero no tenemos realmente otra alternativa”.
Mientras tanto, Arizona, California y Nevada están trabajando para implantar un plan, firmado el pasado año, cuyo objetivo es mantener 620 hm3 de agua en Lake Mead a lo largo de los dos próximos años. Los responsables públicos confían que este plan, conocido como el 500+Plan, junto con otros acuerdos puedan ayudar a estabilizar el sistema mientras continúan las negociaciones sobre cómo gestionar el río cuando las normas vigentes expiren en 2026.
Al mismo tiempo, la Cuenca Superior ha sido criticada por no haber adoptado un enfoque tan elaborado para rebajar la demanda de agua, similar al adoptado por la Cuenca Inferior, donde se viene trabajando desde hace años para rebajar el consumo de agua mediante una variedad de programas de alcance sistémico. La creación de un programa de gestión de la demanda en la Cuenca Superior ha sido un motivo de controversia, y las tensiones continúan entre algunos usuarios que han tratado de aumentar sus captaciones de agua del río.
Durante una entrevista con Elizabeth Koebele, que viene estudiando la gobernanza del río Colorado en la Universidad de Nevada en Reno, ésta mencionó que la carta del Ministerio del Interior es lo que los estudiosos de ciencias políticas describen como un “acto de concentración”. Desde su punto de vista, esta carta podría servir como una oportunidad para catalizar la acción de los Estados y promover una reflexión a escala sistémica sobre cómo avanzar en las actuaciones. Elizabeth Koebele indicó que era un reconocimiento de la realidad a la que se enfrenta la cuenca: una hidrología tan deficiente obliga al gobierno federal a tomar la iniciativa de actuar.
En palabras de Elizabeth Koebele, “¿Cuándo vamos a llegar a la situación en que habremos de hacer algo que sea realmente grande? La situación subraya lo duras que serán las negociaciones sobre la gestión del río a largo plazo. La esperanza y la expectativa han de conducir a que podamos disponer de acuerdos activos suficientes para permitirnos recorrer los próximos cuatro años. Los últimos años nos han mostrado también que los riesgos futuros, que todos nosotros hemos venido escuchado, han terminado por llegar mucho antes de lo esperado, y ya están ante nuestros ojos”.