La Water Education Foundation ha publicado recientemente dos excelentges artículos relacionados con la gestión de los recursos hídricos en California. Uno de ellos analiza los retos y beneficios potenciales de la recarga de acuíferos, y el otro examina el esfuerzo que será necesario realizar para mejorar la disponibilidad de datos sobre los caudales circulantes en el Estado.
Recarga de Acuíferos
Como resumen de los retos y potencial de la recarga planificada de acuíferos, el primero de los artículos concluye que, aunque las aguas subterráneas son una fuente de recursos de importancia vital para California, el grado en que la ampliación de la recarga planificada de acuíferos puede contribuir a su mantenimiento es algo que todavía está pendiente de verificación. Los acuíferos se recargan de forma natural cada vez que llueve y nieva, mientras que la recarga cuidadosamente planificada es algo que ocurre de forma más limitada. En palabras del Prof. Dave Owen de la Universidad de California en Berkeley, “No cabe duda de que la recarga planificada puede ser ampliada. La cuestión en qué grado es posible hacerlo”.
La revisión realizada recientemente por el Public Policy Institute of California sobre la recarga planificada pone de manifiesto que el reto fundamental es el carácter inadecuado de la infraestructure disponible para conducir las aguas de tormenta desde el punto de generación hasta la localización adecuada para la recarga. Hay un “potencial significativo” para incrementar la recarga planificada en campos de cultivo, siempre que las agencias locales adopten un mejor sistema de incentivos y de contabilidad del agua.
En palabras del Prof. Owen, “tanto incorporar agua como captar agua de un acuífero mediante recarga planificada representa un gran reto, desde el punto de vista de la infraestructura necesaria para transportarla en el momento y desde lugar en que esté disponible hasta el lugar en que puede infiltrarse en el terreno”. Además, no disponemos de un sitema de contabilidad perfecto para registrar el movimiento de esas moñeculas de agua. Incluso cuando el agua subterránea se gestiona mediante un “banco de agua”, recuperar el agua que alguién a puesto en un acuífero puede ser complicado en los casos en que los acuíferos disponen de un sistema de bombeo “sin restricciones y deficientemente regulado”. “Si una persona pone agua en un “banco de agua”, puede tener el derecho legal de recuperarla, pero ese derecho legal le ofrece escasa protección si otra persona ha extraido previamente el agua física del acuífero”.
Caudales Circulantes
Aunque California está repleta de ríos y torrentes, las importantes deficiencias de la red estatal de estaciones de aforo limitan la valoración en tiempo real del caudal de agua que fluye por los cauces. Esta información es de vital importancia para la protección frente a las avenidas, la previsión de los suministros de agua y el conocimiento de lo que puede acontecer en el futuro.
La red de estaciones de aforo recibió un notable impulso el pasado 30 de septiembre con la aprobación de la ley SB 19, que exige a las autoridades estatales el desarrollo de un plan de pueste en marcha de estaciones de aforo, enfocada especialmente a la puesta en servicio de nuevo de las estaciones de aforo que han permanecido fuera de servico por falta de presupusto u otras razones. Aproximadamente la mitad de las estaciones de aforo existentes en el Estado están fuera de servicio. “Las estaciones de aforo proporcionan una información importante en un momento como el actual caracterizado por las sequías y las inundaciones, promovidas en parte por el cambio climático”, en palabras del senador Dodd, autor de la ley SB 19. “Uno no puede gestionar aquello que no es capaz de medir”.
Aunque las estaciones de aforo miden y envían información relativa a los caudales circulantes y otros parametros, sus condiciones actuales de funcionamiento hacen que ofrezcan una imagen incompleta de lo que está ocurriendo en los ríos y los cursos de agua. Algunas ofrecen datos en tiempo real, pero muchas otras no lo hacen y pueden incluso requerir una vigilancia regular. De acuerdo con The Nature Conservancy, que patrocinó la Ley SB 19, las estaciones de aforo has estado operativas en algún momento en más de 3.600 puntos a lo largo y ancho del Estado, pero solo un 54 % de ellas ha permanecido operativa en los últimos tiempos.