Le portal del diario El País, en su edición del 12 de junio, publicó un interesante artículo de Carlos Garfella titulado “Cataluña se prepara para convertir el mar en un gran embalse” en el que el autor destaca que el Govern de la Generalitat pretende doblar en cinco años la desalinización de agua como forma de garantizar el abastecimiento durante las grandes sequías.
A continuación se transcriben varios de los párrafos incluidos en dicho artículo.
Solo en desalinización, la Generalitat quiere destinar hasta 176 millones y duplicar su capacidad de producción para pasar de los 80 hm3/año a los 160 hm3/año. La desalinizadora del río Tordera pasará de los 20 hm3/año a los 80 hm³/año y se construirá una planta nueva en la cuenca del río Foix. La idea es recuperar por mar el agua que se perderá por el cielo.
Entre las actuaciones programadas por la Agencia Catalana del Agua de la Generalitat está la construcción de 25 estaciones de regeneración. Es decir, plantas para tratar el agua depurada y reutilizarla después para otros usos, como agrícola o industriales. El ejemplo a seguir es Tarragona, donde la mayoría del líquido depurado se reutiliza después a través de Aguas Industriales de Tarragona (AITASA).
La escasez también lleva a municipios a tirar de inteligencia e imaginación. En el Prat de Llobregat (Barcelona), por ejemplo, el Consistorio pretende que las futuras 3.000 viviendas de un barrio proyectado en el sur de la ciudad cuenten desde el principio con cisterna de agua regenerada. Una medida que, según cálculos del gerente de la empresa municipal de aguas, Aureliano García, implicaría ahorrar hasta un 25 % del agua potable doméstica. “Es una manera de mantener los recursos, que además supondrá una reducción de la tarifa”, dice García, quien alerta de que hay acuíferos que a día de hoy están “en la UCI”. La realidad es que “el agua regenerada ha venido para quedarse”, añade.