La Comunidad de Regantes Miraflores (CRM) en Jumilla, Murcia (www.crmiraflores.es) es uno de los ejemplos emblemáticos de los beneficios que la reutilización planificada del agua puede ofrecer en zonas peninsulares interiores. Ubicada en la cuenca hidrográfica del Segura, comprende unas 1.330 ha de terrenos agrícolas dedicados en su mayor parte a cultivos leñosos, regados mediante riego localizado. Los principales cultivos de la CRM son frutales, con un 50 % de la superficie dedicada al cultivo de la pera, un 32 % al del melocotón y un 12 % al del albaricoque. La variedad de pera ercolina es la predominante de ese cultivo, en razón de su excelente adaptación a la climatología de la zona y el gran prestigio y aceptación que ha alcanzado en el mercado de exportación, disfrutando de una de las tres Denominaciones de Origen Protegida (D.O.P.) a nivel nacional de este cultivo. La CRM se abastece de 3,8 hm3 anuales de aguas superficiales junto con 1,5 hm3 anuales de agua regenerada producida en la ERA de Jumilla. La ERA es gestionada directamente por la Entidad de Depuración y Saneamiento de la Región de Murcia (ESAMUR), que entrega el agua regenerada a la salida de la estación, desde donde la CRM impulsa los caudales disponibles hasta una serie de 6 balsas de regulación interconectadas, con una capacidad total de 1 hm3. Las balsas están dotadas de modernos automatismos de llenado e impulsión, con vistas a optimizar su explotación y sus consumos energéticos. Las balsas de regulación permiten mezclar (proporción de 3 a 1) los caudales de aguas superficiales con los de agua regenerada y así obtener un agua de riego con 1,2 dS/m de conductividad eléctrica. Una red de distribución permite conducir el agua desde las balsas de regulación hasta las diversas explotaciones de riego, dotadas de contadores y consignas automáticas de control de caudales, asegurando así una dotación media de 4.025 m3/ha-año. La CRM tiene previsto construir un huerto de placas fotovoltaicas en el curso del año 2017, lo que le permitirá conseguir que la mayor parte de la energía eléctrica necesaria para la explotación de sus instalaciones de riego sea de naturaleza renovable.