La página web del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, IDAE, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) incluye un estudio realizado en 2010, en el que se valora el consumo energético de los servicios de abastecimiento y de saneamiento del agua en España. El informe estima el volumen de agua residual depurada en 4.450 hm3 anuales, con un consumo de electricidad asociado a la depuración de 2.225 GWh anuales.
El informe matiza que las depuradoras pequeñas tienen un consumo unitario relativamente elevado, del orden de 50 kWh/hab.año, en razón de que suelen carecer de sistemas de control de la aireación y su diseño está basado en la robustez mecánica, lo que implica un cierto sobredimensionamiento de los equipos electromecánicos. Por otra parte, las grandes depuradoras alcanzan unos consumos energéticos cercanos a los 20 – 30 kWh/hab.año, en razón de la optimización de su diseño, su dimensionamiento y su control.
Un consumo energético de 50 kWh/hab.año representa una potencia instalada media de 5,7 W/hab y entre el 1 % y el 2 % del consumo de electricidad de los hogares españoles.
Aún reconociendo la gran importancia de mejorar la eficiencia energética de los procesos de depuración del agua, conviene resaltar la escasa importancia relativa que esa potencia instalada media (5,7 W/hab) tiene en relación con la potencia unitaria de nuestras pantallas de ordenador, por encima de 15 W, de nuestros televisores, por encima de 50 W, y especialmente de nuestros refrigeradores, lavavajillas o lavadoras, que aunque no funcionan permanentemente, representan más del 55 % del consumo energético de los hogares españoles.
Conviene resaltar igualmente la importancia esencial que la mejora de los procesos de depuración habrán de asumir en un futuro próximo, cuando se actualicen los límites de vertido fijados en la Directiva CEE 91/271, a fin de mejorar la coherencia de nuestras nuevas normas de vertido con el objetivo de que “el que contamina paga”, o en términos más estimulantes y responsables, de que “la protección ambiental tiene un coste que hemos de asumir los que utilizamos el agua”.