La página web del National Water Research Institute (NWRI) anunció ayer, miércoles 8 de abril, la publicación de un interesante artículo sobre las “Implicaciones del COVID-19 en el abastecimiento de agua, la depuración de aguas residuales y la regeneración de agua”, elaborado por expertos del sector del agua tanto en universidades como en empresas del ciclo del agua de los EEUU. Por su interés, especialmente en relación con la regeneración del agua, a continuación se presenta la traducción en español del último apartado del artículo.
¿Cómo pueden participar las agencias del agua, el agua residual y la regeneración de agua?
Uno de los mayores retos planteados por el COVID-19 es obtener una estimación precisa de la prevalencia de la enfermedad entre las diversas poblaciones. Los avances en este campo se han visto limitados por las dificultades de llevar a cabo amplios ensayos clínicos y la gran variedad de síntomas experimentados por las personas infectadas, entre las que se encuentran las completamente asintomáticas. Todo ello ofrece una oportunidad única para los sectores del abastecimiento de agua, la depuración de agua residual y la regeneración de agua para avanzar en la “vigilancia medioambiental” o la “epidemiologia del agua residual”, es decir, en el estudio del contenido del agua residual que permita caracterizar los índices de morbilidad del virus entre la población.
Una vigilancia amplia del agua residual, a lo ancho de las regiones y del tiempo, puede en último término ofrecer información crítica sobre la prevalencia real del COVID-19, las comparaciones entre series temporales y casos clínicamente confirmados, y los sistemas de alarma anunciadores del resurgir del COVID-19. De hecho, algunas regiones en que el COVID-19 ha sido ampliamente contenido, tal como Corea del Sur, están actualmente registrando una segunda oleada de infecciones a medida que la ciudadanía recupera la normalidad de sus actividades.
Las agencias de potabilización de agua, de depuración de agua residual y de regeneración de agua disponen de nuevas oportunidades para participar de forma activa en este importante esfuerzo de investigación. Aunque disponemos de métodos normalizados para la verificación clínica, no disponemos de métodos normalizados para la vigilancia medioambiental del SARS-CoV-2; por otra parte, las tareas de investigación están temporalmente paralizadas en muchos lugares, en razón de las directrices de confinamiento establecidas por numerosos Estados. Sin embargo, es posible adoptar ahora medidas adicionales con las que contribuir al progreso de futuros esfuerzos investigadores. Una posible opción es congelar una muestra compuesta de afluente de agua residual (agua residual bruta), con un volumen de al menos 1 litro, con una frecuencia semanal – o cualquier otra que sea factible para cada instalación. Si fuera posible, ese muestreo debería realizarse tanto durante la pandemia como a lo largo de un periodo posterior, a fin de registrar los posibles rebrotes puntuales del COVID-19. Cuando las universidades y los centros de investigación recuperen su actividad, habrá una considerable demanda de muestras de este tipo con objeto de poder aprender más sobre la actual pandemia y elaborar las mejores formas prácticas de actuación para una futura ocasión. En fechas próximas dispondremos de orientaciones adicionales por parte de investigadores y/o fundaciones investigadoras sobre cómo participar en esos esfuerzos futuros. La Water Environment Federation (WEF) tiene previsto publicar orientaciones adicionales sobre el COVID-19 en las próximas semanas.