La cadena pública de radio KPCC ha publicado un interesante reportaje, dentro de una serie de 5 partes, sobre el futuro del agua en California, en el que asigna a la tecnología un papel determinante en el aprovechamiento del agua. El estado produce la mitad de todas las frutas, productos hortícolas y frutos secos de los Estados Unidos. Para ello, los agricultores utilizan aproximadamente un 80% del agua almacenada en los embalses y acuíferos del estado. La sequía plurianual que está afectando al estado ha llevado a plantearse si esas condiciones seguirán siendo aplicables en el año 2040. Para sorpresa de muchos, la respuesta a esa cuestión parece ser que sí.
Por el momento, agricultores veteranos han podido capear la sequía mediante la instalación de sistemas de riego por goteo, controlados mediante ordenador a partir de datos de humedad, temperatura y contenido de humedad del suelo. De este modo, en lugar de inundar los campos de cultivo, les aportan pequeñas dosis de riego diariamente. Por otra parte, el Prof. Lund de la Universidad de California en Davis considera que habrá muchas menos granjas en el futuro. Una parte de las tierras de cultivo se urbanizarán y miles de hectáreas se salinizarán por falta de un drenaje adecuado.
En 2040, hasta 1 millón de hectáreas podrían quedar fuera de producción, muchas de ellas convertidas en zonas de desarrollo urbano y otras muchas abandonadas permanentemente debido a la falta de una fuente fiable de agua, como ya está ocurriendo en la cuenca del Tulare, que depende de agua importada. Esas tierras habrán de encontrar otra fuente de actividad económica. A pesar de la los efectos devastadores de los 4 años de sequía, la superficie dedicada a frutales y frutos secos ha aumentado un 8%.
La agricultura del estado ha alcanzado ingresos históricos de 55 millardos de dólares, pero a costa de unos gastos históricos de 41 millardos de dólares, principalmente debido a los bombeos de agua. No obstante, los modelos de Lund y colaboradores indican que incluso una sequía histórica de 72 años solo tendría efectos menores en la totalidad del sector agrícola, debido a la existencia de grandes infraestructuras que permiten trasladar agua de un lugar a otro, lo que permite que el sistema pueda soportar grandes impactos hídricos, incluso permanentes.
En palabras de un agricultor experimentado, se han exagerado mucho los efectos de la sequía. La actitud optimista de estos pioneros les lleva a pensar que el sistema hídrico disponible puede adaptarse, no debe ser destruido o abandonado; el estado dispone de gran cantidad de agua que ha de tenerse en cuenta. Lo que no quiere decir que las granjas del futuro no habrán de enfrentar a grandes retos. Sequías más frecuentes harán que los recursos hídricos sean menos fiables y no se puedan seguir extrayendo como en el pasado. Pero la condición de California como proveedor de productos agrícolas de los EEUU permanecerá vigente durante décadas.