El programa metropolitano de educación ambiental Compartim un Futur del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) publicó el pasado 4 de febrero un interesante artículo titulado “Estado de los embalses: un año 2025 incierto ante la sequía”, en el que presenta el estado de los embalses en Catalunya, especialmente en referencia a los abastecimientos de agua al Área Metropolitana.

A continuación se presentan en español varios de los párrafos del citado reportaje:

Los embalses son una de las principales fuentes de abastecimiento de agua para la población, la agricultura y la industria. No obstante, la sequía de los últimos años ha puesto en alerta a las autoridades y los ciudadanos. ¿Cuál es el estado actual de los recursos hídricos en el territorio metropolitano y qué podemos esperar del actual año 2025?

¿Qué ha ocurrido durante los años pasados?

Las reservas de agua de los embalses han sufrido un descenso notable y se sitúan a niveles por debajo de la mediana histórica. Esta situación afecta al ecosistema e incrementa el riesgo de incendios forestales durante los meses más calurosos.

Aunque la sequía es un problema recurrente, los años 2023 y 2024 han sido especialmente críticos, ya que la falta de lluvia ha agravado la situación.

El año 2024 ha estado marcado por un verano seco, lo que ha hecho empeorar todavía más la situación que arrastrábamos desde el año anterior.

¿Qué papel tiene la nieve?

Uno de los elementos clave en la gestión del agua es la nieve. La acumulación de nieve en las montañas sirve como almacenamiento natural, que durante la primavera y el verano libera agua gradualmente hacia los ríos y los embalses.

Durante las últimas décadas, el aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático ha hecho disminuir la cantidad de nieve en las montañas, lo que ha afectado directamente a la disponibilidad de agua durante los meses secos del año. Esta realidad supone un reto añadido para la gestión de los recursos hídricos.

¿Qué se prevé para el presente año?

El año 2025 se presenta como un año incierto en lo que respecta a la disponibilidad de agua. Si no llueve de manera abundante durante el invierno y la primavera, la sequía podría empeorar. Aunque se han registrado precipitaciones de forma intermitente, la falta de nieve y la inestabilidad climática ponen en riesgo el abastecimiento de agua.

Para evitar consecuencias graves sobre la economía y la sociedad, será esencial recurrir a la desalinización, la gestión eficiente del consumo y la producción de agua regenerada a partir de efluentes depurados. El año 2025 será decisivo para definir las estrategias de adaptación a las nuevas realidades climáticas y la AMB ya trabaja en esta tarea.

Conclusión

La sequía es ya una realidad que forma parte de nuestro territorio a consecuencia de la crisis climática que sufrimos. Para hacerle frente, minimizar su impacto y asegurar la sostenibilidad de los recursos hídricos a largo plazo, es imprescindible una respuesta conjunta de las instituciones, los ciudadanos y el sector privado.

En Compartim un Futur trabajamos para sensibilizar a la población sobre las buenas prácticas de consumo y la importancia de una gestión eficiente del agua. A través de actividades educativas, como son las visitas guiadas a las depuradoras y las potabilizadoras o los talleres sobre el ciclo del agua, fomentamos el conocimiento y el compromiso para poder actuar con criterio en los hogares.

El curso pasado hemos elaborado un recurso educativo muy significativo sobre este tema: la exposición itinerante Cuidem l’aigua, és vida! Su objetivo es transmitir conocimientos sobre el ciclo integral del agua dentro del metabolismo urbano metropolitano y desarrollar el sentido crítico de la población en relación con el agua como recurso, así como ofrecer consejos para reducir y optimizar su uso.