La Dra. Maria Hellmér y sus colegas del National Food Insitute, la Universidad Técnica de Dinamarca y la Universidad Técnica de Munich han publicado una síntesis del estudio vírico realizado en una estación depuradora danesa, con objeto de determinar su eficacia para inactivar los indicadores víricos de contaminación fecal, especialmente procedentes de una instalación hospitalaria.
Los dos objetivos principales del estudio han sido: 1) investigar, mediante secuenciación viral metagenómica, la capacidad de los procesos de depuración de aguas residuales para conseguir que la calidad del agua regenerada es adecuada para su uso en riego agrícola y 2) evaluar la aplicabilidad del Adenovirus humano (HAdV) y el JC Polyomavirus (JCPyV) como indicadores de la presencia de contaminación fecal humana en un agua regenerada.
La presencia de virus patógenos en las aguas de riego representa una gran amenaza para la salud pública, en cuanto que pueden causar enfermedades humanas a través de cultivos contaminados. Es por ello importante que, cuando se utiliza agua regenerada para regar, deba asegurarse que está libre de la presencia de patógenos.
El estudio se realizó en dos estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) en Copenhague, una EDAR urbana y una EDAR altamente sofisticada (BioBooster), mediante un muestreo en tres etapas del proceso de depuración, realizado mensualmente durante un año.
Los autores concluyen que el efluente depurado en la EDAR de la instalación hospitalaria puede utilizarse para el riego de productos de consumo crudo, considerando que las muestras analizadas no dieron resultados positivos mediante el método qPCR para ninguno de los virus y bacterias analizados, y se asemejan con las otras muestras analizadas, pero por el contrario tiene una composición viral más similar a la del control negativo. Los autores recomiendan que, para reforzar estas conclusiones, se secuencie un mayor número de muestras del efluente de la EDAR hospitalaria con objeto de verificar que el comportamiento es coherente.
HAdV y JCPyV podrían previsiblemente utilizarse como indicadores de contaminación fecal humana. No obstante, los resultados obtenidos por los autores indican que su presencia podría registrase en concentraciones inferiores a los norovirus patógenos. En definitiva, el estudio enfatiza la necesidad de utilizar tratamientos de depuración muy avanzados para asegurar la calidad del agua regenerada.