Una de las sesiones de trabajo de la reciente Semana Mundial del Agua de Estocolmo estuvo patrocinada por la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, bajo el lema de “Con la vista puesta en América Latina”.
En palabras de los organizadores, nuestro actual modelo económico lineal debe ser modificado para aliviar las creciente presiones sobre los recursos hídricos. El modelo de la economía circular ofrece muchas expectativas favorables en este sentido. El agua residual aparece como el punto natural de referencia. América Latina ha de incorporar entre sus opciones la reutilización del agua. El objetivo de este seminario fue centrar la atención sobre la importancia de impulsar estas nuevas dimensiones en la agenda de la región.
Tras una introducción sobre la economía circular el agua en América Latina, a cargo de José Carrera, vicepresidente de desarrollo social de la CAF, Roberto Martín Hurtado presentó las líneas maestras que debería guiar esta nuevo enfoque de la inversión y la gestión de las infraestructuras de saneamiento y reutilización del agua en la región. A continuación se celebró un panel de debate, moderado por Gustavo Saltiel, del Banco Mundial, en el que participaron Rafael Mujeriego, Presidente de ASERSA, Danny Greenwald, Israeli Water Authority y Daniel Nolasco, consultor internacional en depuración de aguas.
La trayectoria seguida por las entidades públicas españolas (ACA, CI-II, Esamur) desde el desarrollo de los planes de saneamiento en los años 1970s y su posterior integración en agencias de agua responsables de la planificación integrada a nivel de cuenca, la gestión de los recursos, la depuración y la regeneración del agua y la protección ambiental despertaron un gran interés entre los responsables de los recursos hídricos y económicos, como forma de asegurar que los recursos económicos se utilizan de forma eficiente y sostenible, a la vez que se avanza de forma continuada en la mejora de los abastecimientos de agua, el saneamiento de las aguas residuales y la protección ambiental. Los debates permitieron clarificar que el saneamiento es en realidad una estrategia con objetivos progresivos, que van desde los tratamientos más básicos (reducción de DBO y MES) hasta la eliminación de nutrientes y la desinfección.
Las palabras de la Sra. Karin Wanngärd, Alcaldesa de Estocolmo, resaltando la importancia de rebajar la concentración de nitrógeno y fósforo de las aguas de la ciudad como forma de recuperar la calidad ambiental de sus aguas y las de todo el mar Báltico, junto con las palabras de la Prof. Joan Rose, Premio del Agua de Estocolmo 2016, recordando que la desinfección de las aguas depuradas es algo inusual y sin duda determinante de la calidad sanitaria de nuestras recursos hídricos, sirvieron para ilustrar el carácter progresivo que ha de tener el saneamiento hasta poder alcanzar, cuando es conveniente y posible, los niveles de calidad del agua que ésta registra en su condición natural.
La página web de la Semana Mundial del Agua de Estocolmo 2016 permite acceder a la información generada durante su realización y en particular durante la ceremonia de inauguración.