Las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), un Journal de artículos revisados patrocinado por la Academia Nacional de Ciencias de los EEUU, publicó el pasado 6 de enero un excelente artículo elaborado por B. J. Ruyle y diez colegas más, titulado “Elevadas concentraciones de organofluorados en los efluentes municipales afectan las fuentes de abastecimiento de agua de consumo humano de millones de americanos”.
A continuación, se presentan en versión española las secciones de Significación y Resumen del artículo publicado por B.J. Ruyle y sus colegas.
Significación
Las estaciones de depuración de agua residual (EDAR) son una fuente importante de sustancias per- y polifluoroalquiladas (PFAS), con efectos conocidos sobre la calidad del agua de consumo humano. De entre ocho grandes instalaciones de depuración de agua residual con tecnologías y capacidad de tratamiento comparables a las que dan servicio al 70 % de la población de los EEUU, encontramos que seis de las PFAS reguladas en el agua de consumo humano representaban menos del 10 % del organofluoruro extraíble (EOF) en el afluente y el efluente de aguas residuales. La mayor parte (62 % a 75 %) del EOF estaba integrado por productos farmacéuticos fluorados recetados normalmente, siendo el máximo rendimiento de eliminación del EOF inferior al 25 %. Los resultados de aplicar un modelo nacional de dilución del agua residual sugieren que los vertidos de PFAS contenidos en las aguas residuales afectan los abastecimientos de aguas de consumo humano de más de 20 millones de americanos, resaltando así la importancia de reducir las diversas fuentes de PFAS que se incorporan a las aguas residuales.
Resumen
Las aguas residuales reciben sustancias per- y polifluoroalquiladas (PFAS) procedentes de diversas fuentes humanas e industriales, haciendo de esos vertidos una preocupación para la protección de la calidad del agua de consumo humano. La familia de sustancias PFAS incluye miles de estructuras químicas potenciales con un contenido de fracciones organofluoradas.
La exposición a unas pocas y bien estudiadas PFAS, principalmente los ácidos perfluoroalquilados (PFAA), ha sido asociada con un aumento del riesgo de numerosas afecciones sanitarias adversas, lo que propició la inclusión de seis de esos compuestos en las normativas federales aplicables a la calidad del agua, en 2024.
Los resultados obtenidos en este estudio indican que las seis PFAS reguladas (media = 7 % a 8 %) y los 18 PFAA medidos (media = 11 % a 21 %) representan tan solo una pequeña fracción del organofluoruro extraíble (EOF) presente en el afluente y el efluente de esas ocho grandes estaciones depuradoras de agua residual. La mayor parte del EOF en el afluente (75 %) y en el efluente (62 %) consiste en productos farmacéuticos mono- y polifluorados.
La tecnología y la capacidad de tratamiento de las instalaciones de depuración analizadas en este estudio son similares a las que ofrecen servicio a un 70 % de la población de los EE.UU. A pesar de las tecnologías de tratamiento avanzado consideradas, la mayor eficiencia de remoción del EOF alcanzada en las instalaciones estudiadas fue inferior al 25 %. Una extrapolación de estos resultados a otras grandes instalaciones a lo largo y ancho de los EE.UU. resulta en un vertido nacional estimado entre 1,0 y 2,8 millones de moles de F anuales. Utilizando un modelo de simulación que relaciona los vertidos de agua residual y las extracciones de agua para abastecimiento humano, hemos estimado que las fuentes de agua de consumo humano de hasta 23 millones de americanos pueden estar contaminadas por encima de los umbrales regulados, tan solo debido a las PFAS procedentes de los vertidos de efluentes depurados. Estos resultados resaltan la importancia de rebajar todavía más las actuales fuentes de PFAS y realizar evaluaciones adicionales sobre la evolución y la toxicidad de los productos farmacéuticos fluorados.