La comprensión del público de la necesidad de un uso más eficiente del agua ha conseguido producir un cambio de comportamiento, pero incluso si los abonados gastan cada vez menos agua, los retos de un suministro limitado, una población creciente, unas infraestructuras envejecidas y una incertidumbre por el cambio climático hacen que los recibos del agua sigan aumentando más y más, llegando en algunos casos a un 20% al año en California.
Todo parece indicar que el desequilibrio presupuestario de los servicios municipales no disminuirá debido a que, muy probablemente, ello no es debido a una disminución momentánea de la demanda o el aumento del coste de un servicio fiable de provisión de agua. Todo ello significa que, en la mayoría de los casos, los abonados habrán de pagar cada vez más por el agua, aunque utilicen cada vez menos. A primera vista, parece como un asunto duro de roer, y en realidad es así. Las agencias de agua están buscando fuentes de financiación múltiples como forma de amortiguar el impacto financiero sobre los abonados, a la vez que impulsan las campañas de información para ayudar a los ciudadanos a comprender el verdadero coste del agua, y continúan buscando nuevas fuentes de ingresos. Para muchos gestores de servicios públicos, ya se ha alcanzado el límite de las finanzas municipales convencionales y conviene seguir un proceso destinado a explorar nuevas fuentes de ingresos, estructuras creativas de tarifas del agua y sistemas innovadores de financiación como los acuerdos públicos-privados. El equilibrio entre tarifas sostenibles y la viabilidad del servicio puede llegar a ser un objetivo dinámico.
La información del público es valiosa e importante, pero puede requerir un tiempo del que los servicios municipales no disponen para equilibrar sus presupuestos en un futuro inmediato. La compañía de ingeniería y consultoría Brown and Caldwell ha creado un foro “1Water” en el que trata de impulsar este tipo de debates, y en el que durante los próximos meses se hablará del ahorro del agua y de la paradoja de los ingresos, así como los esfuerzos necesarios para cambiar la percepción pública del denominado recurso “gratuito”. Los patrocinadores del foro aconsejan estar atentos a las soluciones reales que se ofrecerán para sufragar y financiar los servicios con que ofrecer agua limpia a las comunidades, a las entrevistas con expertos en finanzas y directores financieros de servicios públicos sobre estrategias creativas para sufragar esos servicios, y a las posibles tácticas que los servicios públicos habrán de adoptar para generar una relación efectiva con los socios del sector privado.
No cabe duda de que la experiencia de los servicios públicos de agua españolas, que ya han tenido que enfrenarse a estos retos desde hace más tiempo y con mayor intensidad, podría significar una aportación importante para nuestros colegas americanos y especialmente californianos. Desde ASERSA animamos a todos los que quieran aportar su experiencia a que accedan al foro y participen.
Imagen de Brown and Caldwell