El portal Eurasia Review publicó el pasado 24 de mayo la reseña de un reciente artículo técnicos publicado por El Prof. Richard Luthy, catedrático de ingeniería civil y ambiental en la Universidad de Stanford y director del centro de la National Science Foundation dedicado a re-inventar el suministro de agua urbano, cuyas siglas son ReNUWIt, y estudioso de las zonas metropolitanas del estado durante mucho años. El artículo tiene por título “Menor cantidad de agua podría abastecer a mayor número de californianos, si aprovechamos cada gota de agua”.
En palabras del Prof. Luthy, “California se está quedando sin agua, en realidad, se está quedando sin agua barata. Y por ello, el Estado no puede seguir haciendo lo que ha venido haciendo durante los últimos 100 años”.
En su artículo, el Prof. Luthy argumenta que las ciudades californianas no pueden seguir dependiendo de sus tres estrategias tradicionales para hacer frente a los retos hídricos: sobre-explotación de acuíferos, agotamiento de cauces fluviales y transferencias desde cuencas alejadas. Su análisis se centra en varias estrategias que, consideradas en su conjunto, pueden ayudar a que las ciudades abastezcan agua a unas poblaciones crecientes, mediante la adopción de unas políticas e inversiones públicas razonables
AHORRAR
El ahorro de agua es barato. La supresión de los parterres o la reducción del tiempo de duración de la ducha son cambios conductuales que no requieren nuevas inversiones o infraestructuras.
Algunas ciudades han conseguido grandes progresos en este campo. Los Angeles, por ejemplo, aumentó en 1,1 millones de residentes entre 1990 y 2010, pero mantuvo el consumo de agua estable mediante el ahorro de agua, conseguido mediante la iniciativa de los propietarios y los promotores de viviendas de instalar inodoros de bajo volumen y lavadoras de agua de alto rendimiento. De modo similar, dos docenas de ciudades de la Bahía de San Francisco redujeron su consumo total de agua en un 23 % entre 2004 y 2016, a pesar de que su población aumentó un 10 %.
Pero el ahorro no es suficiente para compensar el crecimiento demográfico. Aunque los responsables del agua en el sur de California han estimado recientemente que para el año 2040 los grandes esfuerzos de ahorro de agua permitirán ahorrar una cantidad de agua suficiente como para abastecer a unos 2,3 millones de nuevos residentes, esos mismos responsables estiman que la población habrá aumentado en 3,1 millones hasta ese momento.
California puede hacer más que eso, afirma el Prof. Luthy. Aproximadamente un 10 % del agua distribuida en zonas urbanas se pierde por fugas. Desde el último episodio de sequía, las empresas de agua de California han llevado a cabo auditorias hídricas con objeto de rebajar esas pérdidas. En palabras del Prof. Luthy, “el ahorro es esencial para ayudar a satisfacer la demanda urbana de agua, pero necesitamos adoptar otras medidas para aumentar el abastecimiento”.
REUTILIZACIÓN NO POTABLE
La reutilización no potable de agua para riego y usos similares tiene una larga tradición en California. Hace ya más de un siglo, ciudades como Fresno ya venían reutilizando el agua residual para riego de sus campos colindantes. En 1980, el Irvine Ranch Water District construyó una doble red de distribución de agua que en estos momentos suministra 100.000 m3/día de agua purificada no potable para zonas de cultivo y establecimientos comerciales.
Las ciudades podrían hacer lo mismo en estos momentos, aunque para reutilizar agua no potable, los planificadores deberán construir una red de conducciones de agua no potable, separada de las conducciones dedicadas al agua de consumo humano, lo que representa un coste de entre 625.000 euros/km y 6.25 millones de euros/km.
La mayor parte de las oportunidades reutilización no potable ubicadas a cortas distancias han sido ya aprovechadas. Quedan todavía nuevas oportunidades para pequeños proyectos, descentralizados, donde el agua residual es producida y puede ser aprovechada. La torre Salesforce en San Francisco, por ejemplo, reutilizará 115.000 m3/día de agua regenerada para diversos usos, excepto el consumo humano. La distribución de agua regenerada no potable está adquiriendo gran relevancia en los campus técnicos de Silicon Valley.
REUTILIZACIÓN POTABLE
El verdadero futuro, en palabras del Prof. Luthy, está en la reutilización potable, dotando al agua regenerada de una pureza tal elevada que permita su utilización para el consumo humano.
La reutilización potable es un proceso que se inicia con la purificación del agua residual mediante plantas de tratamiento y continua con la incorporación de esta agua limpia en los embalses o acuíferos. Las empresas de agua pueden posteriormente mezclar esta agua regenerada con nuevas fuentes de agua dulce, haciendo posible que se satisfagan los niveles de calidad de potabilidad.
Orange County Water District ha sido un líder en la reutilización potable y la práctica del “tratamiento avanzado completo” desde 2004, y muchas otras ciudades tienen planes para reciclar al menos una fracción de agua altamente tratada para el abastecimiento humano. Por ejemplo, Los Angeles está considerando actualmente un ambicioso proyecto con el que reutilizar prácticamente todas sus aguas residuales hasta poder incorporarlas a la reutilización potable en el año 2035, con un coste estimado de 8 millardos de dólares. Un proyecto similar para el área de la bahía de San Francisco requeriría inicialmente una costosa infraestructura, aunque esos costes podrían ser posteriormente recuperados a medida que el suministro de agua importada desde la Sierra Nevada fuera disminuyendo, debido a los impactos climáticos y las necesidades de los ecosistemas, y los costes fueran aumentando hasta en un valor estimado de 60 % durante la próxima década.
RETENER
Numerosos hectómetros cúbicos de agua de tormentas urbanas se vierten directamente al océano cada año. Es un fenómeno que debe cambiar, en palabras del Prof. Luthy. Las ciudades costeras de California han estado planificadas históricamente para facilitar el vertido de las aguas de tormenta como forma de reducir las inundaciones, aunque actualmente las ciudades desearían poder captar el mayor volumen posible de esas aguas para poder así utilizarlas. En este momento, Los Angeles obtiene un 10 % de sus recursos hídricos a partir de las aguas de escorrentía urbana, y confía duplicar ese valor para el año 2035. No obstante, al igual que ocurre con la reutilización no potable, la captación de aguas de escorrentía requiere con frecuencia grandes inversiones en conducciones, tanques de almacenamiento e instalaciones de tratamiento. En cualquier caso, el coste medio de este tipo de proyectos es generalmente inferior al coste futuro de importar agua, incluso suponiendo que sea posible disponer de ella.
DESALINIZAR
El océano contiene un volumen de agua prácticamente ilimitado y algunas poblaciones están aprovechando la desalinización como forma de satisfacer sus necesidades. La planta desalinizadora de agua marina de la Autoridad de San Diego, cuyo coste de construcción ha sido de un millardo de dólares, suministra actualmente 190.000 m3/día de agua desalinizada, lo que representa un 8 % de las necesidades de la Autoridad. No obstante, el agua de mar desalinizada es cara, tiene un intenso consumo de energía y puede deteriorar la calidad de la vida marina, razones por las que el Prof. Luthy indica que otras poblaciones optan por desalinizar aguas salobres captadas en estuarios donde los ríos desembocan en el mar (las aguas salobres tienen un contenido salino inferior al de las aguas marinas, lo que hace el proceso de desalinización más sencillo y económico).
El Condado de Alameda produce actualmente unos 38.000 m3/día de agua de consumo humano mediante la desalinización de aguas salobres en Newark. Un grupo coordinado de cinco agencias de la zona de la Bahía está considerando la construcción de una planta valorada en 200 millones de dólares, capaz de desalinizar unos 75.000 m3/día de agua salobre tomada de los estuarios de la zona norte de la Bahía, lo que comportaría un coste por metro cúbico similar al que los abonados pagan actualmente por el agua importada desde el embalse Hetch Hetchy.
ALMACENAR
El cambio climático hace cada vez más frecuente una antigua historia: demasiada lluvia y nieve en los años húmedos y recursos insuficientes en años secos. Una forma de afrontar esas condiciones extremas es “almacenar en un banco” el agua excedente de los años húmedos, utilizando la capacidad disponible en los acuíferos. Esto es factible porque las principales áreas metropolitanas del Estado están conectadas mediante los 640 km del Acueducto de California. Las ciudades del norte podrían “hacer depósitos a cuenta” de agua durante los años húmedos absteniéndose de captar los excedentes de agua del acueducto y permitiendo así que esas aguas fueran captadas, bombeadas y almacenadas en el Condado de Kern, centro neurálgico de la región agrícola próxima al final de acueducto. Durante los años secos, las ciudades del norte podrían hacer “extracciones de su cuenta”, captando caudales adicionales desde el acueducto y facilitando que el agua almacenada en el condado de Kern pudiera ser bombeada de nuevo al acueducto, como forma de asegurar que los caudales circulantes de agua son suficientes para abastecer las ciudades del sur de California.