La Agencia Europea de Medio Ambiente publicó el pasado 3 de julio un interesante informe en el que se valora la calidad de las aguas superficiales y subterráneas de la Unión Europea. A continuación se resumen algunos de los apartados incluidos en la nota de prensa en versión española.
A pesar de los avances experimentados en las últimas décadas en el ámbito de la mejora de la calidad medioambiental de los numerosos lagos, ríos, aguas costeras y fuentes de aguas subterráneas en Europa, la contaminación, estructuras como las presas y la extracción excesiva siguen siendo las principales amenazas para su salubridad a largo plazo, según un informe publicado hoy por la Agencia Europea de Medio Ambiente sobre el estado del agua. La gran mayoría de las masas de agua europeas siguen sin cumplir el objetivo mínimo de «buen estado» de la Unión Europea.
En palabras de Hans Bruyninckx, Director Ejecutivo de la AEMA, “debemos incrementar los esfuerzos para garantizar que nuestras aguas estén tan limpias y tengan tanta capacidad de recuperación como sea posible: nuestro propio bienestar y la salud de nuestros ecosistemas vitales acuáticos y marinos dependen de ello. Esto es fundamental para la sostenibilidad a largo plazo de nuestras aguas y para cumplir nuestros objetivos a largo plazo de una vida digna dentro de los límites de nuestro planeta”.
Los Estados miembros de la UE han realizado esfuerzos notables para mejorar la calidad del agua mediante la mejora del tratamiento de las aguas residuales y la reducción de la escorrentía de contaminantes de las tierras de cultivo, de acuerdo con el informe de la AEMA «European waters — assessment of status and pressures 2018 (inglés) (Aguas europeas: evaluación del estado y las presiones 2018). También se han adoptado medidas para facilitar el paso de las migraciones de peces a través de las barreras existentes y restaurar los ecosistemas acuáticos degradados.
Si bien las masas de agua subterránea de Europa, como los acuíferos, gozan de buena salud en la mayoría de los casos, solo el 40 % de los lagos, ríos, estuarios y aguas costeras vigilados alcanzaron el estado ecológico mínimo «bueno» o «muy bueno» fijado en la Directiva Marco del Agua (inglés) de la UE durante el periodo de seguimiento 2010-2015, según el informe. En la última evaluación de la AEMA, de 2012, un nivel similar de masas de agua alcanzó un estado ecológico «bueno» o «muy bueno». La evaluación de la AEMA también examinó el estado cuantitativo y la extracción excesiva de las aguas subterráneas de Europa y el estado químico general de las masas de agua.
El informe de la AEMA ofrece un control de salubridad actualizado de más de 130.000 masas de agua superficial y subterránea vigiladas por los Estados miembros de la UE, sobre la base de los datos recogidos y notificados de más de 160 planes hidrológicos de cuenca (inglés) que cubren el periodo 2010-2015.
«Gracias a la aplicación de la legislación europea en materia de agua en los Estados miembros, la calidad del agua dulce en Europa está mejorando gradualmente, pero es necesario redoblar esfuerzos para lograr que todos los lagos, ríos, aguas costeras y masas de agua subterránea estén en buen estado. Para abordar la lucha contra la contaminación procedente de la agricultura, la industria y los hogares se requieren los esfuerzos conjuntos de todos los usuarios de agua de toda Europa», afirma Karmenu Vella, Comisario de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca de la UE.
«Debemos incrementar los esfuerzos para garantizar que nuestras aguas estén tan limpias y tengan tanta capacidad de recuperación como sea posible: nuestro propio bienestar y la salud de nuestros ecosistemas vitales acuáticos y marinos dependen de ello. Esto es fundamental para la sostenibilidad a largo plazo de nuestras aguas y para cumplir nuestros objetivos a largo plazo de una vida digna dentro de los límites de nuestro planeta», declaró Hans Bruyninckx, Director Ejecutivo de la AEMA.
La evaluación del agua es la segunda que realiza la AEMA desde 2012. El conocimiento de las aguas europeas se ha incrementado significativamente desde entonces, proporcionando una mejor comprensión de la condición en la que se encuentran, los problemas que impiden la consecución del «buen estado» y las medidas aplicadas para su mejora. El informe de la AEMA complementa un próximo informe de la Comisión Europea, en el que se evaluará hasta qué punto los Estados Miembros cumplen la Directiva Marco del Agua. Esta Directiva establece un marco para evaluar, gestionar, proteger y mejorar la calidad del agua en toda la UE. Exige a los Estados miembros que elaboren planes hidrológicos de cuenca (PHC), así como un programa de medidas para mejorar la calidad del agua.
Otras conclusiones importantes del estudio son las siguientes:
- En comparación con las aguas superficiales, las fuentes de agua subterránea suelen presentar un mejor estado. El 74 % de la zona de aguas subterráneas ha alcanzado el buen estado químico, mientras que el 89 % de la zona alcanzó un buen estado cuantitativo. Los motivos por los que no se cumplieron los objetivos mínimos se debieron principalmente a la contaminación de los yacimientos de agua por nitratos procedentes de la escorrentía agrícola, la intrusión salina y la infiltración de sustancias químicas peligrosas de lugares contaminados (por ejemplo, emplazamientos industriales, zonas mineras o lugares de almacenamiento de residuos).
- El norte de Escandinavia, el norte del Reino Unido (Escocia) y Estonia, así como Eslovaquia, Rumanía y varias cuencas hidrográficas de la región mediterránea muestran una elevada proporción de masas de agua superficial con un excelente o buen estado ecológico. Por el contrario, muchas de las cuencas hidrográficas de Europa central, con mayor densidad de población y agricultura más intensiva, muestran la mayor proporción de masas de agua que no alcanzan un buen estado ecológico.
- Sólo el 38 % de los lagos, ríos y otras masas de agua superficiales vigiladas se encuentran en buen estado químico, con concentraciones de contaminantes que no exceden las normas de calidad medioambiental de la UE.
- En la mayor parte de los Estados miembros, son unas pocas sustancias las responsables del mal estado químico, siendo la más habitual el mercurio. Antes muy utilizado en termómetros, baterías y pinturas, se sigue hallando mercurio en muestras de agua, en las que también se encuentra cadmio, utilizado en fertilizantes fosfatados y en la producción de metal.
- La Directiva Marco del Agua y los PHC han contribuido significativamente a la mejora de la gestión del agua en el conjunto de la UE. Muchos Estados miembros han invertido en mejores programas de vigilancia ecológica y química, ampliando el número de estaciones de vigilancia, el número de elementos de calidad evaluados y el número de sustancias químicas analizadas. Esto ha dado lugar a un aumento de la información disponible y a una mejor comprensión del estado del agua y las presiones que inciden sobre el mismo. La Directiva Marco del Agua también ha generado un esfuerzo considerable en todos los Estados miembros de la UE para reducir las fuentes de contaminación procedente de la agricultura, la industria y los hogares, así como un flujo más natural de ríos y la eliminación de obstáculos a las migraciones de peces, proporcionando beneficios para la naturaleza y protección contra las inundaciones.
Objetivo de calidad del agua de la UE
Para alcanzar un buen estado es necesario el cumplimiento de determinadas normas relacionadas con el estado ecológico, el estado químico y el estado cuantitativo de las aguas. El estado ecológico es el mejor indicador general de la salubridad de una masa de agua, y tiene en cuenta la forma en que la contaminación, la degradación de los hábitats, el cambio climático y otras presiones, como el número de presas artificiales, afectan a la calidad del agua.
Entre las principales presiones que dificultan el avance en el cumplimiento de los objetivos de la UE se hallan las barreras, como las presas, la recuperación de terreno y la canalización, que cambian el flujo de ríos o arroyos; la contaminación por fuentes difusas, como la escorrentía procedente de granjas; y la contaminación por fuentes puntuales, como la descarga de aguas residuales procedente del alcantarillado. Los principales efectos sobre las masas de agua superficiales son el aumento de nutrientes, la contaminación química y la alteración de los hábitats debido a cambios morfológicos.
El seguimiento y la notificación son las principales herramientas utilizadas para clasificar la salubridad de las aguas de la UE. Los Estados miembros de la UE definen la situación a partir de una escala que clasifica el estado de las aguas superficiales en excelente, bueno, aceptable, deficiente y malo, y el estado de las aguas subterráneas como bueno o malo. El seguimiento tiene por objeto rastrear la eficacia de las medidas para limpiar las masas de agua y alcanzar el objetivo de «buen estado» de la UE.
Los Estados miembros de la UE se encuentran actualmente en su segundo ciclo de seguimiento y notificación (2015-2021) con arreglo a la Directiva Marco del Agua de la UE. En este ciclo se incluyen 89.000 ríos, 18.000 lagos, 13.000 zonas de muestreo de aguas subterráneas y 3.600 zonas de muestreo de aguas costeras y de estuarios. No se pudo incluir en el informe los informes de Grecia, Irlanda, Lituania y de partes de España.