La peor sequía registrada en los últimos 80 años en el estado de Sao Paolo y estados limítrofes está causando estragos en la población. A finales de octubre, los principales embalses de suministro contenían una reserva equivalente a unas dos semanas de agua potable. Las escuelas y los centros sanitarios están cerrando sus puertas antes de lo habitual, los platos sin fregar se amontonan en los fregaderos y los restaurantes tratan de alejar a sus clientes de los lavabos. La disminución significativa de la producción agrícola plantea una gran preocupación, al igual que lo hace los posibles cortes de suministro eléctrico que podrían producirse, considerando que un 50% de la producción energética de Brasil es hidroeléctrica. El presidente de la Agencia Brasileña de Recursos Hídricos ha advertido que si la sequía persiste, “el estado de Sao Paolo se enfrentaría a un colapso sin precedentes”. Brasil es el país con mayores recursos de agua dulce del mundo, un 12% de todo el volumen de agua del planeta. ¿Cómo podrá Sao Paolo, la ciudad más rica y grande de Suramérica, resolver la ausencia de agua? Las reflexiones de José Maria Cardoso da Silva, un experto consejero brasileño de Conservation International y los tres mapas elaborados por el World Resources Institute pueden ayudar a entender esta compleja situación.