El pasado 21 de enero, el diario Los Angeles Times publicó un interesante artículo de Hayley Smith sobre los efectos beneficiosos que las lluvias del pasado mes de diciembre tendrán en los suministros de agua estatales para diversos usos, mediante los sistemas de distribución que transportan agua hacia el sur de California.
A continuación se presenta la versión en español del citado artículo.
Dos meses después de las condiciones extremas de sequía que obligaron al Estado a eliminar las asignaciones de agua a lo largo del impresionante State Water Project, los legisladores han anunciado un modesto aumento de las asignaciones debido a la reciente serie de lluvias copiosas.
El aumento sorprendente pero bienvenido de intensas lluvias y nevadas – con más de 5 m de espesor de nieve polvo en Donner Pass – ofreció suficiente humedad como para aumentar las asignaciones previstas desde un 0 % hasta un 15 %, según las declaraciones del Departamento de Recursos Hídricos (DRH). En palabras de la directora del DRH, “las lluvias de diciembre han permitido al DRH llevar y almacenar agua en el embalse de San Luis, permitiendo así un modesto aumento de las asignaciones de agua durante el año en curso”.
A principios de diciembre, los funcionarios del Estado indicaron que la sequía había reducido el volumen de agua almacenado en los embalses de la región hasta unos niveles históricos tan bajos que solo les permitía asignar agua suficiente para atender las necesidades críticas sanitarias y de seguridad de las más de 29 agencias del agua que se abastecen del State Water Project, un complejo sistema de embalses, canales y presas. Todas esas agencias suministran agua a unos 27 millones de residentes.
Aunque un 15 % está lejos de ser un diluvio, la noticia marca un cambio muy apreciado por un Estado que ha sufrido dos años con campos en barbecho, arroyos con caudales muy escasos y restricciones de agua cada vez más intensas. El año hidrológico 2021, que terminó el 30 de septiembre pasado, ha sido el año más seco del siglo en California.
Desde un punto de vista crítico, “ese aumento de la asignación no significa que la sequía haya pasado. Los californianos han de continuar ahorrando agua, mientras que el Estado planifica para un tercer año seco”. El nuevo año ha comenzado con carácter árido, y el mapa del Monitor de Sequía de los EEUU sigue mostrando la mayor parte de California en condiciones moderadas y severas de sequía. En palabras de un meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología en Sacramento, “muchas zonas del Estado solo han recibido un 20 % o menos de las precipitaciones correspondientes a un mes de enero típico. Sin duda alguna, ha sido un mes más seco que diciembre, e incluso también cuando se compara con el mes de octubre en que experimentamos aquel gran río atmosférico.
En la Sierra Central, el espesor de nieve a escala estatal del pasado viernes (14 de enero) alcanzaba todavía un excelente 109 % del valor normal para la fecha, aunque el valor había disminuido desde un 139 % que registraba dos semanas antes, considerando que una parte de la nieve recogida en diciembre había comenzado ya a derretirse.
La lluvia y nieve recogidas en diciembre han permitido que el DRH y el Bureau of Reclamation de los EEUU retiren su petición temporal para disminuir la liberación de caudales hacia el Sacramento-San Joaquin hasta el mes de abril. El Delta de los ríos Sacramento y San Joaquín constituye el núcleo principal del sistema hidrológico del Estado, y esa solicitud tenía como objetivo preservar el limitado volumen de agua almacenado hasta ese momento en los embalses de Shasta, Oroville y Folsom. Según los funcionarios estatales, Shasta sigue en condiciones críticas, mientras que los embalses de Oroville y Folsom están en mejores condiciones.
El embalse de Oroville, el de mayor capacidad del Estado, alcanzaba un 45 % de su capacidad el viernes (14 de enero), en comparación con un 30 % a comienzos de diciembre, de acuerdo con los datos estatales. A principios de enero, los funcionarios del Estado pudieron poner de nuevo en funcionamiento la central hidroeléctrica del embalse, desde que la sequía había forzado su parada el pasado mes de agosto, por primera vez en su historia. El DHR continuará priorizando las liberaciones de agua desde el embalse para “mantener la calidad del agua del Delta, proteger las especies en peligro de extinción y atender las necesidades de los portadores de derechos “senior” de agua, a la vez que preservar tanto como se pueda el volumen de agua embalsada”.
Ese aumento de las asignaciones de agua habría de evitar así mismo que las comunidades de abastecimiento de agua (Water Districts) deban implantar unas mayores restricciones de abastecimiento, entre ellas el Metropolitan Water District del Sur de California (MWDSC), el mayor consumidor de agua del Estado. Esta agencia, que abastece agua a unos 19 millones de personas en seis condados, recibe del Estado una tercera parte de sus recursos, mientras que el resto le llega desde el río Colorado y otras fuentes como la escorrentía local, las aguas subterráneas, la reutilización de agua y la desalinización de agua.
En palabras del consejero delegado de la agencia, “la lluvia y la nieve recogidas durante el mes de diciembre han aportado un notable alivio ante las condiciones extremadamente secas que se ciernen sobre nuestro Estado. No obstante, una asignación del 15 % es todavía un valor muy pequeño, y nuestros suministros de agua del State Water Project siguen siendo excepcionalmente limitados. Incluso con esta modesta asignación, hemos de continuar reduciendo nuestras reservas para poder atender las demandas de agua. Para que esas reservas duren lo suficiente, si las condiciones de sequía continúan durante el próximo año, hemos de continuar utilizando el agua de la forma más eficiente posible”.
El pasado mes de noviembre, MWDSC declaró una emergencia por sequía en el sur de California, como continuación de una declaración estatal similar realizada por el gobernador Gavin Newsom en octubre. Ninguna de las dos declaraciones ha sido cancelada y el gobernador sigue pidiendo a los ciudadanos que reduzcan voluntariamente su consumo de agua en un 15 %.
Numerosos expertos indican que los últimos años han ofrecido varias duras lecciones a California, que se está convirtiendo en un territorio cada vez más seco y cálido debido a los efectos del cambio climático. Incluso después de las lluvias de diciembre, los funcionarios del Consejo Regulador de los Recursos Hídricos de California adoptó una normativa que ilegaliza el malgaste del agua – una muestra enérgica de que las condiciones de sequía se mantienen y que los esfuerzos para ahorrar agua deben continuar. En palabras del subdirector del Consejo, “todavía no hemos superado el reto”.
El consejero delegado de MWDSC enfatizó que el Estado necesita “unas inversiones audaces y estratégicas” en regulación de agua, conducciones y ahorro, así como un apoyo directo federal y estatal para ayudar a las poblaciones a afrontar mejor las futuras sequías y el cambio climático.
El DRH indicó que los funcionarios continúan la planificación, conscientes de la “incertidumbre climática”, mediante la implantación de tecnologías que mejoren la capacidad de previsión y vigilancia, entre otros esfuerzos. El DRH informa que la asignación anual del State Water Project – anunciada inicialmente el 1 de diciembre de cada año – es actualizada de forma continua durante los meses de invierno. La asignación final será establecida en mayo o junio.