El magazine American Scientist, publicado por Sigma Xi, una de las asociaciones científicas norteamericanas más prestigiosas y con mayor número de afiliados, incluye en su edición de julio-agosto de 2021 un interesante artículo de Cary Funk titulado “Lo que el público piensa realmente de los científicos”, en el que se recogen los resultados de una encuesta que deja bien patente el deseo del público de que el proceso investigador alcance una mayor transparencia y responsabildiad.
Con objeto de facilitar la lectura del artículo, adjunto se incluye la versión en español de la presentación del artículo en la página web de Sigma Xi.
La confianza es un concepto fácil de entender, pero dificil de cuantificar. Al igual que muchos descubrimientos científicos, la confianza en la ciencia es un concepto pendiente de una resolución definitiva, y que sigue estando sometido a revisión. El grado en el que el público confía en los científicos como grupo es un indicador clave de la calidad de la relación entre el público y la ciencia, y por tanto la confianza puede cuantificarse. Las encuestas permiten valorar las actitudes respecto a los científicos y hacer un seguimiento de la forma en que esas actitudes cambian a lo largo del tiempo. Durante el año pasado, los científicos y sus trabajos han ocupado la vanguardia de los debates públicos sobre cómo gestionar los brotes de coronavirus y desarrollar tratamientos y vacunas efectivas contra la enfermedad. Es lógico esperar que esos acontecimientos hayan afectado la confianza del público en la ciencia. Un grupo de investigadores del Pew Reserach Center (PRC) ha realizado una recogida de datos para evaluar esos posibles impactos.
Los resultados de esa encuesta, basada en una muestra representativa nacional de más de 10.000 encuestados, permitió observar que la confianza del público en los científicos que trabajan en favor de un mayor interés social ha experimentado una mejora progresiva desde antes incluso de la pandemia del Covid-19. En noviembre de 2020, un 39 % de los norteamericanos mostraba “una considerable” confianza en que los científicos actúan por el interés social, comparado con el 35 % registrado en enero de 2019, justo ante del brote. Un 45 % de los encuestados mantenía una posición ligeramente favorable, manifestando que tenían “un buen grado” de confianza en los científicos. Solo un 15 % manifestaron que no tenían mucha o ninguna confianza en absoluto en que los científicos actuaran en bien del interés social.
Este modesto aumento de la confianza del público en los científicos destaca sobre la confianza dispensada por el público a otros grupos e instituciones: mientras que la confianza en el estamento militar se mantuvo constante durante el periodo considerado, la confianza sobre los periodistas disminuyó algo más. No obstante, el incremento de la confianza en los científicos ha sido muy dispar entre los grupos políticos. La confianza en los científicos ha aumentado entre los demócratas y los independientes favorables al partido demócrata, pero no entre los republicanos. Entre los demócratas, un 55 % manifiesta que tienen una considerable confianza en los científicos, en comparación con tan solo un 22 % de los republicanos que tiene una valoración similar, haciendo que la brecha partidista se haya prácticamente doblado desde enero de 2019.
Las actitudes cada vez más politizadas sobre los científicos pueden tener consecuencias importantes. Después de todo, una de las razones del actual interés por la confianza del público en los científicos reside en la idea de que la confianza puede ser un estandarte de las visiones y los comportamientos públicos relativos a los temas relacionados con la ciencia. Por ejemplo, la predisposición de los norteamericanos a dejarse vacunar contra el coronavirus experimentó subidas y bajadas, de acuerdo con la confianza del público a medida que la investigación y el desarrollo de la vacuna avanzaba. En febrero de 2021, el público que manifestó una mayor confianza en el proceso de desarrollo de la vacuna tenía una inclinación por aceptar la vacuna o declarar que ya se había vacunado que superaba en 75 puntos a los que manifestaban una escasa confianza en ese proceso.
Las encuentas realizadas por el PRC han permitido documentar también que la confianza pública en la ciencia tiene múltiples facetas; el sentimento público sobre los científicos registra una notable variación en el amplio abanico de facetas. Por ejemplo, la valoración pública sobre la competencia de los científicos para hacer su trabajo puede ser muy diferente de las visiones que el público puede tener sobre la empatía de los científicos en relación con las personas ordinarias o sus visiones sobre la exactitud de la información que estos le facilitan. Un análisis realizado por el PRC en 2019 puso de manifiesto las múltiples dimensiones de las actitudes públicas: la confianza en los médicos era mucho mayor que en los científicos dedicados a la investigación médica, especialmente en relación con las valoraciones sobre los cuidados y las preocupaciones que estos ofrecían. Por otra parte, los médicos y los investigadores médicos despiertan un escepticismo compartido cuando se trata de valorar su integridad científica.
Solo un 15 % de los norteamericanos manifestó que ambos grupos eran transparentes “todo o la mayor parte del tiempo” sobre los posibles conflíctos de interés planteados por sus contactos industriales. De forma similar, solo un pequeño grupo social consideró que los médicos y los investigadores estarían dispuestos a admitir las equivocaciones que hubieran podido cometer y asumir la responsabilidad derivada de dichas equivocaciones siempre o casi siempre. Menos de 2 de cada 10 encuestados consideraron que los profesionales médicos afrontarían normalmente unas serias consecuencias de sus errores, en caso de que se registrara una conducta inapropiada por parte de los médicos o los investigadores.
Estos resultados indican que las actitudes públicas ante la ciencia son complejas y llenas de matices. Los resultados de las encuestas sugieren que los norteamericanos son generalmente prudentes o tienen dudas en los temas relativos a la ética y la integridad científica de la investigación médica. Los estudios muestran niveles similares de escepticismo ante los científicos dedicados a la ciencias ambientales y nutricionales. Por otra parte, los resultados de las encuestas apuntan a posibles formas de promover la confianza. Ciertas prácticas científicas inspiran en el público una mayor confianza que otras en los trabajos científicos. Por ejemplo, un 57 % de los norteamericanos manifestó que tienen mayor confianza en los resultados científicos cuando el público puede acceder fácilmente a ellos. Aproximadamente la mitad de los norteamericanos indica que el conocimiento de que los resultados científicos han sido sometidos a una revisión independiente o a la de terceras personas se traduce en una mayor confianza en la investigación científica.
Un signo prometedor es que la confianza general en los científicos tiene un alto nivel de referencia. La encuesta más reciente realizada por el PRC indica que un 84 % de los norteamericanos manifestó una cota razonable o una gran cota de confianza en los científicos, significativamente mayor que la correspondientes a los líderes empresariales y más del doble de la asociada con los representantes salidos de las elecciones.