Un excelente artículo del diario San Francisco Chronicle analiza la gran controversia y los diferentes puntos de vista existente tras las diversas propuestas consideradas en California para resolver las futuros episodios de sequía y muy en particular la construcción de nuevos embalses como forma de regular los recursos superficiales que ahora son regulados de forma natural mediante los espesores de nieve de la Sierra Nevada.
Bajo el impuso de la sequía, California se dispone a construir el sistema hídrico del siglo XXI. Las ideas fluyen en todas direcciones: ahorro, reutilización, desalinización, recarga de acuíferos, restauración de llanuras de infiltración y captación de escorrentía urbana.
Pero el elemento más importante, el más caro y el más popular de todos ellos es precisamente el que has sido elemento básico del sistema hídrico del siglo pasado: los embalses. Incluso si las lluvias de El Niño aportan una abundancia de agua sobre el estado durante el próximo invierno, el impulso por construir nuevos embalses difícilmente desaparecerá. El artículo analiza las ventajas y limitaciones de los 1400 embalses construidos en el estado y que han significado en muchos casos la afectación del medio físico y biológico natural, así como los progresos alcanzados en algunos casos con la regulación de agua en acuíferos, bajo la modalidad de bancos de agua.
También describe las exigencias reglamentarias de las nuevas formas de financiación pública de futuros embalses, según las cuales un 50% de los beneficios habrán de corresponder al medio natural, a pesar del escepticismo de diversos estudiosos de la ecología y el medio natural que ven en esas medidas una excusa para compensar la dificultad de los agricultores para sufragar las grandes inversiones de construcción de nuevos embalses.
Los diferentes puntos de vista están sobre la mesa de debate y será cuestión de ver la dimensión que habrán de adoptar las respuestas a la sequía que ahora se registra y que puede seguir registrándose durante algún año más, así como a la afectación prevista de la regulación natural del espesor de nieve en las Sierras. La historia reciente lleva a pensar que el talante negociador de los californianos, aunque influenciado por las opciones políticas y económicas, llegará sin duda a un conjunto de soluciones, planificadas durante un cierto número de años, que dará satisfacción a casi todas las partes. Su tradicional pragmatismo y su firme convicción de que pueden resolver cualquiera de esos retos son ingredientes eficaces para asegurar el éxito.