El pasado 17 de abril, el portal WaterOnline publicó un interesante artículo de Rob McCandless titulado “El progreso de la reutilización del agua en los EEUU: los Estados desarrollan normas para la reutilización potable”, en el que Rob McCandless analiza las circunstancias geográficas y climatológicas que vienen motivando la adopción de esta estrategia vanguardista de la gestión del agua y los avances realizados por diversos estados de los EEUU en el desarrollo de normativas aplicables para hacerla posible.
A continuación se presentan editados en español varios párrafos del artículo de Rob McCandless.
La reutilización del agua está ocurriendo en muchas partes del mundo, desde Australia hasta el Reino Unido, pasando por Singapur. Está ganando un impulso cada vez mayor en los EEUU, especialmente en aquellos Estados que han de afrontar la sequía, el crecimiento demográfico, o son más susceptibles al cambio climático.
Las agencias gubernamentales y las empresas públicas de diversos Estados están explorando las formas de tratar adecuadamente las aguas residuales para permitir que el agua regenerada pueda ser usada para el consumo humano – lo que se conoce como reutilización potable del agua. Aunque la reutilización potable no es un concepto nuevo, se está explorando de forma más intensa con un apoyo renovado y unas nuevas ideas, a medida que se constatan los límites de las fuentes actuales de recursos hídricos.
¿Qué es la reutilización potable? ¿por qué la necesitamos?
La utilización de un efluente depurado como nueva fuente de agua para que, tras un tratamiento adicional de regeneración, se convierta en agua de consumo humano es lo que se conoce como reutilización potable. Existen dos tipos de reutilización potable: la reutilización potable indirecta (RPI) y la reutilización potable directa (RPD).
La RPI implica el retorno del agua regenerada a un volumen de recursos ambientales, como los contenidos en un embalse o un acuífero, antes de su incorporación a un sistema de distribución de agua. El agua apta para la RPI puede utilizarse para cualquier uso, pero debido a que es “indirecta” no se pone directamente a disposición de los consumidores. En muchos lugares, el efluente depurado que se vierte a un río pasa a formar parte de la captación de una estación potabilizadora de agua. Este tipo de reutilización es conocida como reutilización “de facto” (o incidental).
En otros lugares, el efluente depurado es sometido a un tratamiento adicional de regeneración antes de ser introducido en un tampón o amortiguador ambiental. La utilización de un tampón ambiental proporciona también una forma de almacenamiento del agua de larga duración que permite equilibrar las diferencias estacionales entre la oferta de efluente depurado y la demanda de agua para consumo humano.
La RPD no incluye un tampón ambiental – el agua regenerada es sometida únicamente a un tratamiento avanzado para permitir su mezcla con aguas de otras fuentes en una estación potabilizadora de agua o bien su incorporación directa a un sistema de abastecimiento de agua. Como cabía esperar, los sistemas de RPD hacen necesarias etapas adicionales de tratamiento y medidas de protección de seguridad. El agua tratada para la RPD es segura para cualquier uso, en cualquier momento del año.
Para los Estados o municipalidades que no han desarrollado o adoptado directrices aplicables para la RPD, la RPI es un buen punto de partida. Como su nombre implica, el tampón ambiental proporciona un elemento para compensar o absorber cualquier variación de la calidad del agua regenerada. Esta circunstancia puede ayudar a un cambio de percepción pública sobre el origen del agua.
Por otra parte, la RPI puede requerir conducciones de una cierta longitud, con lo que ello puede significar de costes adicionales del programa. También es posible que una parte del agua se pierda por evaporación, infiltración o percolación hacia los acuíferos.
La RPD está despertando un interés creciente en un determinado grupo de Estados. Esta alternativa permite trasladar el agua regenerada de forma más rápida y así poder satisfacer las demandas locales de forma inmediata y con una menor perdida de agua a lo largo de su traslado. No obstante, la RPD se enfrenta a diversos retos de percepción pública debido a que las personas pueden preguntarse si el agua purificada que retorna directamente al sistema de abastecimiento de agua de consumo humano es realmente agua limpia. El hecho es que, la reutilización del agua está presente en todas las fuentes de agua. Para purificar un agua utilizamos ciencia, ingeniería y tecnología con las que acelerar los procesos naturales que limpian el agua mientras permanece en nuestro medio ambiente.
Ciertas comunidades están más dispuestas a adoptar la RPD. Eso se debe normalmente a que entienden que la RPD les ayudará a satisfacer las demandas locales de agua contando con las fuentes y los suministros locales.
Visión general de las normas estatales
Veamos en qué punto nos encontramos con la adopción de la reutilización potable directa e indirecta en los EEUU.
Aunque muchos Estados llegan a reconocer la necesidad de la reutilización del agua, solo unos pocos han seguido los pasos necesarios para su implantación a gran escala. La sequía y el cambio climático han sido motivos importantes para que ciertos Estados explorasen la adopción de normas sobre la RPD. Esos Estados están pensando a largo plazo, adoptando medidas que les permita recargar y replantearse sus suministros de agua futuros.
Las normativas de RPD son un tema de gran actualidad en el Oeste de los EEUU. Colorado fue el primer Estado que estableció normas para la RPD, mediante la adopción por parte del Departamento de Salud Pública y Medioambiente de unas normas actualizadas a principios de 2023.
En diciembre de 2023, el Consejo Regulador de los Recursos Hídricos de California aprobó las nuevas normativas de RPD y así establecer unas de las más completas normas del país con las que convertir un agua residual en un agua de consumo humano de alta calidad. California está ya liderando la reutilización del agua en proyectos como el de Pure Water San Diego en el que mi equipo en Stantec viene participando, un proyecto plurianual cuyo objetivo es proporcionar casi la mitad del abastecimiento de agua de San Diego para el año 2035. Está también el Hyperion 2035 program de Los Angeles en el que iniciamos nuestra participación en 2016 – un ambicioso programa para hacer que Los Angeles alcance un 100 % de agua regenerada. Con las nuevas normativas aplicables a la RPD, confiamos en que el nivel de innovación estatal alcance cotas incluso mayores.
Arizona forma parte también de esta iniciativa. El Departamento de Calidad Medioambiental (ADEQ) propuso recientemente planes para establecer directrices similares para el Estado, que podrán ser adoptadas previsiblemente este mismo año. Uno de mis colegas y yo hemos participado en la promoción del inicio de normativo sobre la RPD y ayudado a definir estas normativas para el ADEQ. Stantec consiguió recientemente un contrato con ADEQ para promover el desarrollo de los documentos orientadores de la RPD.
En el sudoeste de los EEUU, Texas realiza igualmente iniciativas innovadoras en este tema. Texas ha concedido el permiso a varias estaciones potabilizadoras de agua para que realicen la reutilización potable directa e indirecta. El Estado ofrece orientaciones y evalúa la regeneración y la reutilización del agua, siguiendo la práctica del caso por caso.
Con un creciente número de normativas aplicables a la RPD, las comunidades de estos Estados sabrán las fases que deben adoptar y la forma en que deben tratar sus aguas con objeto de poder reutilizarlas.
Impulsando la reutilización del agua todavía más
Para conseguir todos los beneficios que ofrece la reutilización del agua, hemos de definir la forma de resolver las necesidades prácticas de los programas de desarrollo en pueblos y ciudades de todos los tamaños y ubicación. Otro reto importante es la gestión de las salmueras en instalaciones de regeneración del interior, dónde sus opciones de vertido son limitadas. A medida que avanzamos en nuestra colaboración con estos clientes, contemplamos unos sistemas avanzados de purificación de agua más robustos y fiables capaces de ser operados y mantenidos con mayor facilidad.