La percepción pública más generalizada sobre el consumo energético de los procesos de depuración de las aguas residuales urbanas es que esos procesos comportan grandes consumos de energía, que convendrá reducir para hacerlos más sostenibles. Entre las causas de esa percepción poco favorable cabe mencionar la tendencia del sector del saneamiento a presentar de forma globalizada las cifras del consumo de energía de los procesos de depuración, sin hacer referencia explícita al número de habitantes atendido por cada estación depuradora de aguas residuales. La tendencia creciente a agrupar los vertidos de zonas urbanas cada vez extensas en una misma EDAR, con objeto de aprovechar las economías de escala, y las mayores exigencias de calidad impuestas a los efluentes depurados y por tanto de implantación de procesos de depuración adicionales hacen que el consumo energético globalizado de nuestras EDAR sea cada vez mayor en términos absolutos, al margen de los notables esfuerzos de los operadores por optimizar y reducir los consumos eléctricos.
Por otra parte, la tendencia impulsada durante las últimas décadas de referir el consumo de agua potable a la unidad básica de consumo, es decir la persona humana o el habitante equivalente, ha tenido una gran aceptación y ha permitido concienciar a la población sobre el papel que debe y puede jugar a la hora de ahorrar agua y hacer un uso cada vez más eficiente de ella.
La aplicación de un indicador específico similar, pero para el consumo energético asociado con la depuración de nuestras aguas residuales urbanas, debería aportar igualmente una mejor percepción de lo que ello comporta y sobre todo visualizar mejor los progresos que los ciudadanos vayamos haciendo, mediante una menor aportación de contaminantes durante el uso del agua potable, como los que los servicios de saneamiento van haciendo igualmente para realizar la creciente purificación necesaria antes de retornar los efluentes depurados al medio natural o ponerlos a disposición de sus reutilizadores.
La página web de ESAMUR, la entidad de saneamiento de la Región de Murcia y socio protector de ASERSA, muestra que su consumo eléctrico específico, denominado “ratio eléctrico kWh/m3” se mantiene en torno a 0,50 desde 2013. Suponiendo que un ciudadano de Murcia contribuye unos 200 litros de agua residual al día, ese valor representaría una potencia instalada equivalente de 0,50 kWh/m3 x 0,200 m3/hab.día x 1 día/24 h x 1000 W/1 kW = (0,50 x 0,200 x 1000)/24 = 4 W/hab.
En realidad, ese consumo de agua debe ser algo menor, pues en 2019 ESAMUR consumió 51,7 GWh/año, para una población equivalente de 2.070.000 hab, lo que resulta en una potencia instalada equivalente de 2,9 W/hab. Ambos valores son muy parecidos e inferiores al medio español de 5,7 W/hab indicado en el Estudio sobre el Consumo Energético en España referido en la web de ASERSA.
Además de la mayor capacidad comunicativa de un indicador específico como el propuesto, W/hab, especialmente cuando los ciudadanos lo comparan con la potencia de sus monitores de ordenador, pantallas de televisón u otros electrodomésticos ususales, este indicador ofrece una visión inmediata de la notable eficiencia con la que los técnicos de saneamiento, en este caso de ESAMUR, están llevando a cabo el servicio público esencial de depurar nuestras aguas residuales. Enhorabuena a ESAMUR y a todos y todas los responsables de su operatividad, por los niveles de eficiencia energética y de transparencia de sus actividades que han conseguido.