El Public Policy Institute of California (PPIC) acaba de publicar un informe titulado Policy Priorities for Managing Drought en el que resalta el esfuerzo diligente que los responsables estatales, federales y locales de la gestión del agua han puesto para mitigar los daños económicos, sociales y ambientales causados por la actual sequía, a la vez que anticipa la agravación de esos mismos retos, a medida que la sequía continúa.

California debería aprender de las experiencias vividas hasta el momento, así como de la experiencia australiana durante su “sequía milenaria”, para prepararse mejor tanto para el año próximo como para futuras sequías. Para ello, recomienda que los líderes estatales centren su atención en las debilidades detectadas en cuatro áreas de preparación y respuesta ante la sequía:

  1. mejorar la información sobre los recursos hídricos,
  2. establecer unas claras metas y prioridades relativas a la salud pública y el medio ambiente,
  3. promover el ahorro de agua y la resiliencia de las fuentes de abastecimiento y
  4. fortalecer la gestión ambiental.