El portal News Deeply ha publicado un excelente reportaje sobre la iniciativa en curso de aprobación para suprimir cuatro presas del río Klamath, en California, a partir de 2021 y tras numerosos años de planificación. La iniciativa ha sido impulsada como un esfuerzo crucial para salvar el salmón, aunque no será suficiente para resolver todos los problemas de la cuenca.
Aunque nadie está celebrando todavía el éxito del proyecto, el proceso para suprimir cuatro presas hidroeléctricas en el río Klamath acaba de realizar un gran paso adelante. El pasado 28 de junio, la Corporación para la renovación del río Klamath publicó el Definite Plan for the Lower Klamath Project, un documento de 2.300 páginas en el que se presenta un análisis detallado de cómo los embalses serán vaciados, las presas suprimidas, los materiales dispuestos y las tierras previamente inundadas serán restauradas.
El documento será revisado por la Federal Energy Regulatory Commission (FERC) junto con un consejo consultor independiente. Tras realizar las revisiones que puedan ser necesarias – y si no surgen nuevas dificultades normativas – la supresión de las presas podría comenzar en 2021. Para muchas personas, ese momento será la culminación de dos décadas de debates, construcción de coaliciones y planificación. El director ejecutivo de la asociación California Trout recuerda cómo llego a la primera de las reuniones sobre el futuro de las presas en el año 2000. En sus palabras, “Marqué esa fecha con el nacimiento de mi hija, que ahora está terminando sus estudios secundarios, lo que ilustra el largo periodo de tiempo que todo este proceso ha requerido”.
Las presas, Iron Gate, Copco 1, Copco 2 y J.C. Boyle, son cuatro de la seis construidas en el cauce principal del río Klamath que discurre a lo largo de más de 400 km desde el Lago Superior Klamath en el estado de Oregon hasta el océano Pacífico en Requa, California, justo al sur de la ciudad de Crescent. Las presas han sido acusadas de provocar la regresión de las poblaciones de varias especies piscícolas de salmón y truchas, así como de deteriorar los problemas de calidad del agua en el río.
La supresión de estas cuatro presas permitirá liberar hasta 520 km de hábitat en el cauce principal y de afluentes y se convertirá en una actuación sin precedentes. En palabras del director regional de la asociación American Rivers, “nunca se han suprimido cuatro presas simultáneamente en los EEUU o cualquier otro lugar del mundo”. El director se siente orgulloso de ver finalmente las presas suprimidas, y no es el único en hacerlo. “Basta escuchar a las tribus aborígenes hablar de las pérdidas y la devastación causada por la construcción de la primera; era 1918 cuando Copco 1 fue construida, bloqueando el paso de los peces. Han esperado un siglo para ver esto. Este acontecimiento pone mi impaciencia en perspectiva”.
En palabras del portavoz de Karuk Tribe, “la supresión de las presas en el río no llegará nunca lo suficientemente pronto. Las migraciones de nuestros peces han sufrido las consecuencias. El año pasado fue una de las peores migraciones de salmón que hemos tenido en nuestra historia. Se registraron brotes infecciosos masivos. Esos peces no durarán mucho más tiempo si no tomamos medidas significativas. La tribu Karuk y otras del río Klamath se han opuesto siempre a la presencia de las presas, por interrumpir las migraciones de peces a las zonas altas de la cuenca. El esfuerzo para suprimirlas adquirió una intensidad renovada a principio de los años 2000, cuando se iniciaron las reuniones de partícipes, promovidas por el proceso de renovación de licencias de las presas, propiedad de PacifiCorp, y bajo una licencia de 50 años bajo la supervisión del FERC.
En 2004, la tribu Karuk llevó su oposición contra la existencia de las presas hasta Escocia para protestar en las reuniones de accionistas de Scottish Power, que era la propietaria de PacifiCorp. Unos años después, Scottish Power vendió PacifiCorp a Berkshire Hathaway Energy, y la protesta se trasladó a Omaha, la ciudad natal de Warren Buffett en Nebraska. Los primeros contactos con la compañía fueron de gran confrontación, pero con el paso del tiempo eso cambió, debido principalmente a condicionantes económicos y la creciente coalición en la cuenca del río Klamath interesada en la supresión de las presas y la restauración de las tierras. En 2010, los costes estimados para atender las nuevas exigencias de paso de los peces y de calidad del agua, incluyendo la reducción los afloramientos de algas tóxicas, hizo que el coste de mantenimiento de las presas alcanzara más de 400 millones de dólares, superior al coste actual de suprimir las presas y la posterior restauración de los terrenos.
En palabras del portavoz de la tribu Karuk “Las presas se utilizan exclusivamente para la producción de energía hidroeléctrica y carecen de utilidad para el abastecimiento de agua o la regulación ante las inundaciones, de modo que los costes de rehabilitarlas para obtener una nueva licencia operativa por parte de FERC no parecían estar justificados por la cantidad de electricidad generada para PacifiCorp”. En declaraciones de la compañía energética, ésta se incorporó al actual acuerdo, conocido como el Acuerdo de Resolución Hidroeléctrica del Klamath, “en razón de sus valoraciones de que este acuerdo ofrecía a PacifiCorp y sus clientes una protección de coste y de riesgo superior a la correspondiente al proceso de continuar con el proceso de renovación de la licencia”.
Durante un cierto número de años, los esfuerzos para suprimir las presas estuvieron asociados a un plan de mayor alcance, la propuesta de ley de Restauración de la Cuenca del Río Klamath, en que el que se incluían otras facetas de la gestión de la calidad del agua en la parte alta de la cuenca, que fracasó después que el Congreso no consiguió autorizarla en 2015. No obstante, los esfuerzos para suprimir las presas continuaron y en 2016 se pudo completar una revisión del Acuerdo de Resolución Hidroeléctrica del Klamath. PacifiCorp acordó transferir las licencias de las presas a una empresa constituida al efecto, the Klamath River Renewal Corporation, que se ocuparía de la desinstalación y la supresión de las instalaciones, a la espera de la aprobación por parte de FERC.
Los costes del Proyecto de supresión serán atendidos con dos fuentes principales: 200 millones de dólares vendrán de los clientes de PacifiCorp y hasta un máximo de 250 millones vendrán de la Proposición 1, una emisión publica de bonos aprobada por el estado en 2014. El coste estimado del proyecto asciende en estos momentos a 398 millones de dólares. No cabe duda de que la supresión de las cuatro presas es un gran trabajo. “Parece una tarea épica y en cierto modo lo es. Pero también es una cuestión de dedicar más personas y unas máquinas amarillas más grandes para que se pongan a trabajar”.
Antes de que las presas sean destruidas, será necesario realizar un considerable trabajo para adecuar las carreteras locales al tráfico propio de las tareas constructivas, y preparar los lugares que serán utilizados para almacenar y disponer los materiales, todo lo cual viene detallado en al Plan Definitivo. En palabras del director ejecutivo de la Klamath River Renewal Corporation, “los cuatro embalses serán vaciados simultáneamente durante un periodo aproximado de 8 semanas a partir de enero de 2021, según los calendarios previstos actualmente. Estamos totalmente persuadidos de que será una actuación con un impacto significativo”. Ese momento del año fue elegido para minimizar los riesgos para los peces, muchos de los cuales estarán en esos momentos en los afluentes o en el océano. “Las mejores condiciones ambientales serán de un año húmedo con varios episodios de caudales elevados que puedan ayudar a trasladar los sedimentos que han quedado retenidos detrás de las presas durante todos estos años”.
La eliminación de los sedimentos es una de las facetas más importantes e inciertas en la supresión de presas, en opinión del portavoz de California Trout, “¿encontraremos una toxicidad imprevista allí abajo? Por el momento no hemos encontrado ninguna, pero eso no significa que no la pueda haber. ¿Cuál es realmente la composición de los sedimentos y cómo van a trasladarse a lo largo del río hasta sus zonas aguas abajo? ¿Cuál será el impacto en los peces? Esas son las grandes preguntas por responder”. Será inevitable que se produzcan algunas mortandades de peces durante el proceso, pero “considero que todos comprenden las ventajas y exigencias del proceso – es una actuación de corta plazo para conseguir un beneficio de larga duración.
Además de las consideraciones ecológicas y las preocupaciones técnicas, el Pan Definitivo se ocupa específicamente de la forma de atender los recursos culturales de las tribus que estén ubicados en las riberas de los embalses o incluso bajo los niveles actuales del agua en los embalses. Hay también algunos temas relativos a la propiedad privada en relación con el riesgo de inundación en una sección del cauce situada a 30 km aguas debajo de la presa Dam. En palabras del director ejecutivo de la Corporación, “estamos realizando los esfuerzos necesarios para proteger las estructuras que pueden estar expuestas a un mayor riesgo, el de una inundación de 100 años de periodo de retorno”.
A continuación, las propias presas serán suprimidas – desde la más alta, Iron Gate, de 53 m de altura, hasta la más baja, Copco 2, con 10 m de altura – así como todas las demás estructuras asociadas, incluidas los canales, las turbinas, las estaciones de bombeo, las tomas de agua y una piscifactoría. Una vez terminadas esas tareas, comenzará el proceso de restauración de los territorios inundados. “Hay muchos, muchos kilómetros cuadrados que quedaran a la luz tras el vaciado de los embalses, y por ello tenemos una propuesta detallada de cómo se restablecerá la vegetación nativa y se estabilizarán los suelos y se realizarán los trabajos necesarios para establecer hábitats donde sea conveniente para asegurar la conectividad de los afluentes”. La mayor superficie liberada será de la presa Copco 1, con 400 ha.
Una vez que las cuatro presas hayan desaparecido, los grupos piscícolas consideran que lo más probable es que las poblaciones piscícolas se recuperen rápidamente. En palabras de su director regional “lo que American Rivers ha visto miles de veces a lo ancho de todo el país es que los peces cuyas migraciones han sido impedidas durante décadas, e incluso durante siglos, saben de forma instintiva que tienen que nadar más allá de donde solía estar la presa y continuar hasta repoblar y recolonizar las zonas históricas de desove, con frecuencia durante los primeros años e incluso las primeras semanas de acceso”.
No obstante, nadie cree que la supresión de la presa será el remedio total para los grandes problemas ambientales y de gestión del agua en el río Klamath. En palabras del director regional, “han de hacerse muchas más cosas en relación con los afluentes como los ríos Shasta y Scott. Ahí es donde realmente los peces desovan, se desarrollan y se hacen grandes y fuertes, y esos dos pequeños ríos producen la mayor parte del salmón salvaje del río Klamath. Esos mismos ríos que están siendo destruidos para criar vacas y cultivar alfalfa. Creo que debemos poner mucha atención en esos dos ríos”. En palabras del director ejecutivo de California Trout, “estoy de acuerdo en que la restauración de los afluentes es una de las cosas más importantes que ha de hacerse a fin de propiciar el potencial total del río”.
La supresión planificada de las cuatro presas del río Klamath tiene la intención de ayudar a mejorar las migraciones de los peces y evitar los brotes infecciosos como el que ha afectado a los salmones jóvenes. La resolución de los problemas de caudales en la parte alta de la Cuenca del Klamath, donde el agua se extrae para actividades agrícolas y ganaderas, es otro de los problemas de largo plazo que ha de resolverse. Las tribus, los grupos ambientales, los grupos agrícolas y la agencia federal se han roto la cabeza durante años para resolver los desacuerdos. El director regional de American Rivers indica que “hay una gran tensión actualmente en el tema de los derechos de agua en la cuenca”.
En los próximos días, un juez federal en San Francisco atenderá una demanda presentada por las tribus de Klamath contra las agencias federales para proteger los niveles de agua en el lago Upper Klamath necesarios para las especies piscícolas en peligro de extinción. Un resultado favorable para las tribus de Klamath podría ocasionar recortes de agua para los regantes en la parte alta de la cuenca y reiniciar el conflicto regional por el agua. En palabras del portavoz de la Karuk Tribe, “las cosas se pueden poner realmente feas en el río Klamath durante este verano.”
En palabras del director regional de American Rivers, “la supresión de las presas es un paso importante, pero solo un paso en la dirección de lo que ha de ser un enfoque integrado para la recuperación y estabilidad de la cuenca. No solamente pasa pescadores comerciales y deportivos y tribus que dependen de una pesca saludable, sino también para los agricultores y ganaderos que usan el agua del río Klamath para regar y que necesitan un ambiente empresarial más predecible y fiable en el que un suministro de aguas es esencial para que puedan triunfar”.